Ya te siento lejos,
y aun no te has marchado.
Ya añoro tus besos,
y aun en mis labios tengo el último que me has dado.
Ya no te recuerdo,
y aun te acaricio con mi dedos.
Ya por ti no siento nada,
y hace 10 minutos te dije: te quiero.
Ya no pienso más en lo nuestro,
y aquí me tienes escribiéndote esto.
Ya llegó el otoño de nuestro amor,
y luego vendrá la primavera de nuevo...
¡Viento!
Déjame ir contigo rebelde y tranquilo;
déjame ir contigo,
que transportas en tus alas
aromas de amargas derrotas,
y sabores de dulces victorias.
Déjame ir contigo...!viento!
y llévame donde pueda verla.
Guíate por cielo,
Donde pasee con ella;
Guíate por la luz de su corazón,
Que en mi provocó esta maldita ceguera.
Déjame ir contigo,
que ya no recuerdo su olor,
y aun tengo metido en el sentido
hasta la última gota de su perfume prohibido...
¡Y que no me cueste decir que la quiero!
que sé que está lejos,
pero más lejos estará si cuando regrese,
no volvemos.
¡Viento! Déjame ir contigo,
llévame si acaso, muerto,
pero llévame a verla donde este.
Déjame ir contigo...
¡Soledad de amores!
deja que yo hoy te lleve conmigo
y sepas que perderla y no verla
son mis únicos temores.
Déjame ir contigo
eterno viajero.
¡Tierra!
Que conoces todos los caminos,
llévame por tus senderos,
llévame entero.
Que no me importa si el caminos esta empedrado;
que no me importa si el camino es sinuoso,
sólo quiero andar para verla.
Tierra que albergas mis pies y los de ella,
eres la misma en todas partes,
¡dime!: si yo saltara aquí, ¿ella lo sintiera?
Dime Tierra si hay caminos que llevan gritos,
Y si haberlos hailos, lleva este en peso,
Que mas que grito, es un beso.
¡Tierra! No me hundas en el cieno
y lleva cerca de ella este grito de desconsuelo.
¡Viento! Déjame ir contigo.
¡Tierra! Llévame en tu camino,
seamos eternos viajeros,
y que nuestro equipaje sea: poesía y versos.
¡Agua!
Limpia mi alma,
que ayer caíste desde el cielo
y hoy caes como llanto pobre.
Lágrimas sin nombre:
¡no os llaméis como ella!
Pues su nombre en mi lama
no entristece la pena.
Limpia mi alma... ¡agua!
que donde el mar no tiene dueño
iré a buscarla en mi velero
con mi alma por bandera
y por nombre Loreto.
¡Agua! Que limpias el alma,
limpia de los sentimientos, la desgana,
y que el olvido no te pueda,
que los limpies como si fuera oro,
y los dejes como una patena.
¡Viento! Déjame ir contigo
¡Agua! Limpia mi alma
¡Tierra! Llévame en tu camino,
seamos eternos aliados,
y...!ayudadme! que no verla es mi peor castigo.
¡Fuego!
Que alimentas la hoguera,
que haces crujir la madera;
que no te apague ni el agua,
aprende a jugar con ella
como yo he aprendido a estar solo,
a no tener compañía,
tan solo por amigos la noche y el día.
Alimenta la hoguera...!fuego!
que el corazón se apaga.
Ruge con fuerza y quema con rabia: ¡arde!
que cuando se ponga la mano en el pecho se queme
y sepa que aunque lejos, la esperaré siempre.
Que serán 15 días,
pero cada día tiene 24 horas,
y cada hora 60 minutos,
y cada minuto 60 segundos
y cada segundo... ¡es eterno sin ti!
¡Fuego! Que alimentas la hoguera,
quema el tiempo, páralo esta noche y
déjame decirle que la quiero,
déjame decirle que vuelva,
¡y que aguante!¡Fuego!
que se que el tiempo tu no lo manejas,
tú, alimentas la hoguera,
haces crujir la madera...
¡Viento! Déjame ir contigo
¡Agua! Limpia mi alma
¡Tierra! Llévame en tu camino
¡Fuego! Alimenta la hoguera,
seamos eternos viajeros, eternos aliados,
paremos el tiempo
y hagamos de Loreto el quinto elemento.
¡Loreto!
Déjame ir contigo donde vayas,
limpia mi alma cuando de dolor se manche,
llévame en tu camino de amor y de tristeza,
alimenta la hoguera que desatas cuando andas
y no dejes que el calor cese de nuestras almas.
Hoy he salido a la calle
abrazado a la tristeza,
y veo que nadie me mira
y me dio vergüenza y pena.
Guerrero del alma
que caíste 1000 veces en la batalla
y1001 te levantaste;
que callaste las armas
y venciste con simples palabras.
Dime guerrero: ¿qué poesía es la que siempre gana?
Esa poesía, la de un guerrero;
la que se sabe que no eres romántico,
¡Que eres sincero!
Esa es la de un guerrero.
La humilde y la única
que no se paga con dinero;
la que cabe en un solo verso...
Esa es la de un guerrero.
La que con mirada firme
se le puede decir a ella
gritándole a la cielo...
Hoy me convertí en uno de ellos,
porque hoy supe callar el odio,
supe callar la desconfianza
y supe callar los celos.
Porque hoy, como un poeta guerrero,
te he escrito esa poesía:
¡LORETO, TE QUIERO!
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