Se paró a la orilla de la cornisa del edificio, la altura era muy considerable, miraba al cielo y gritaba: “llévenme por favor, llévenme por favor”, miró hacia abajo y estaba indeciso de dar el último paso hacia el vacío, era una caída inminente, pero lo pensaba cada vez que quería dar el paso. Un anciano de cabello canoso y barba blanca lo vio, se le acercó, caminaba con dificultad, se ayudaba con un bastón, vestía un traje de seda color blanco, zapatos de cuero color negro bien lustrados y una corbata de seda color negro, portaba una boina de color blanco también, además de cargar en su mano derecha un puro a medio consumir, observó al que estaba parado en la orilla de la cornisa y le dijo:
-¿A quien llamas allá arriba?-
-Quiero que me lleve ya, de una vez por todas-le dijo.
-Pero ¿Quien quieres que te lleve?-le preguntó.
-No lo sé, el de arriba-
-¿O el de abajo?- le contestó el anciano.
-Solo quiero que me lleven ya-gritó.
-Ya capté lo que quieres-le dijo el anciano-si no estoy muy equivocado quieres irte de este mundo-
-A eso me refiero-le dijo él.
-Pero que sentido tiene estar llamado a alguien de allá arriba o de allá abajo para que te lleve-le dijo el anciano y aspiró una bocanada del puro que llevaba.
-Si al final es tu decisión propia dar ese único paso para que caigas hacia el vacío, o ¿Acaso estas esperando que uno de ellos dos te venga a empujar?-le preguntó.
-Aléjese de mí, porque voy a saltar-le dijo.
-Tan pronto y ya te queres ir esta vez-le dijo el anciano.
-¿Esta vez, como que esta vez?-le preguntó él.
-Muchas veces te has querido ir de este mundo y ni te has dado cuenta o no lo notaste, has estado a merced de irte muchas veces, no solo esta vez que ahora por tu propia voluntad te quieres ir-le dijo el anciano.
Él lo miró con extrañeza, dio un paso hacia atrás, pero volvió a dar el paso hacia adelante, quedando juntos los dos pies en la orilla de la cornisa del edificio, meditó un poco, agachó la cabeza y se sentó en la orilla de la misma.
-Nunca me he querido ir-le dijo él.
-Todos dicen lo mismo, pero han estado en la misma situación que vos, de no quererse ir, pero lo mejor es que a veces ni cuenta te das o se dan de lo cerca que estuvieron de irse por completo-le dijo.
-¿Cómo es eso?-le pregunto él.
-Quieres unos ejemplos-le dijo.
-Sí-le contesto.
-Bueno para empezar no te acordas la vez aquella que por el efecto del alcohol casi te accidentabas en la carretera-
-De eso no me acuerdo-le dijo él.
-Y la vez anterior que te asaltaron y por poco te hieren con esa navaja filosa y sucia que traía ese ladrón-
-Me defendí como pude-le dijo.
-La vez también que casi te ahogas en el océano por no saber nadar muy bien y muchas otras ocasiones que estuviste a merced de irte, si te mencionara todas no acabaríamos nunca, en especial cuando eras niño, es cuando mas vulnerable eras-le dijo.
Él se levanto de nuevo y se volvió a parar en la orilla de la cornisa, el anciano al verlo le dijo:
-Ya lo pensantes bien- y dio otra bocanada del puro que llevaba.
-Para estas cosas no hay que andar pensado, solo se hace-le dijo él.
-Bueno, adelante, pero parece que desde que vine yo, lo has estado decidiendo-
-No me joda, viejo loco-le dijo él, un poco enojado.
El anciano dio la última bocanada al puro que llevaba y lo tiró hacia el vacío, el puro se apagó por el efecto de la caída y se destrozó cuando hizo contacto con el pavimento; lo observó y le dijo:
-Es una caída rápida y será muy fuerte el golpe, no creo que sobrevivas esta vez-
El anciano lo tomó con fuerza del brazo derecho, este al verlo le dijo:-que hace viejo loco, suélteme-
-Esto es lo quieres, adelante entonces, vámonos-
Caían al vacío los dos juntos, él se afianzó muy fuerte del anciano y gritaba como un loco, el anciano le gritaba: “esto es lo que deseabas mucho, te he ayudado a dar ese paso indeciso que no podías dar”; el anciano soltaba un risa burlesca y maléfica cuando iban cayendo hacia el vacío.
Daban vueltas en el aire y vio como el pavimento se les acercaba, el anciano se reía y se burlaba de él, al mismo tiempo le decía:
-De eso se trata la vida, de tomar nuestras propias decisiones, que no las tomen otros por nosotros, pero ni eso vas a tener el agrado de haber hecho, porque yo he decidió por ti-
De presto él sintió como se detenían y no caían al vacío, miró hacia abajo, vio como el anciano lo sostenía fuertemente todavía del brazo derecho, estaban suspendidos en el aire, flotaban a pocos centímetros de la cornisa del edificio, el anciano lo tomó de la camisa, mas fuerte con sus dos brazos y se lo acercó a la cara diciéndole:
-Nunca dejes que otros tomen decisiones por vos, decide tu mismo y no seas cobarde-
El anciano lo empujó bruscamente a la orilla del edificio, este cayó en la terraza con un fuerte golpe y quedo desmayado en la misma. Sintió como le daban palmadas y lo jaloneaban de la camisa, una enfermera lo despertó de la silla en el hospital donde estaba, ésta, al verlo despierto le dijo:
-Acá están los resultados de los análisis-
Se levantó agitado un poco, se puso la chaqueta que andaba, tomó los resultados los cuales estaban en un sobre, tuvo un poco de temor al abrirlo, pero estaba indeciso, caminó por el pasillo del hospital y abrió el sobre, en este había un resultado de los análisis que decía: “resultado NEGATIVO”. Cuando caminaba por el pasillo del hospital antes de salir por la puerta de vidrio, sintió como lo sujetaron del brazo derecho, en un movimiento brusco vio que era el doctor con el que anteriormente había pasado consulta, éste al verlo lo notó muy parecido al anciano del sueño que tuvo, únicamente cambiaba la gabacha de médico, pero este tenia los zapatos negros bien lustrados, así como la corbata de seda color negra; le mostró los resultados, al verlos el doctor le dijo:
-Bueno al parecer no tiene nada, pero hay que tener mucho cuidado, de las decisiones que tomemos podemos tener las consecuencias después, ahora con la medicina moderna cualquier mal se puede mitigar y hasta curar, es más probable que muera en un accidente de transito, en un asalto o ahogado-
Salió alegre y contento del hospital guardó el sobre con los resultados en su chaqueta , meditó un poco, cuando estaba en la intersección de la calle que da con el hospital, sacó de nuevo los resultados y los observó una vez mas, miró hacia arriba, vio el cielo nublado, al otro lado de la calle observó al anciano de traje de seda blanco, corbata de seda negra, zapatos negros bien lustrados y su boina color blanca, levantó su mano izquierda haciendo la señal de despedida y con la otra mano aspiró una bocanada del puro que fumaba, un humo blanco y espeso salió de su boca el cual se extendió por todo su cuerpo haciéndolo desaparecer inmediatamente.
De repente escuchó un ruido muy fuerte y estridente, sonó como a latas retorcidas y vidrios que se desquebrajaban por el suelo, se asustó y giro su cara para ver que sucedía; los ojos se le llenaron de pánico y miedo, solo alcanzó a ver un montón de hierro y latas mezcladas con vidrios rotos que se le abalanzaban, cerró los ojos y un auto que había chocado con otro lo atropelló por completo, no tuvo ni las más mínima oportunidad de poder decidir, esta vez el destino había decidido por él.
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