CARTA DE UN DOCENTE A UN RECTOR
Me declaro culpable sin excusas y como es mea culpa no cabe ningún reclamo. Es decir esta carta va sin protesto.
La institución educativa ha ordenado que no se puedan quedar más del 8% de los estudiantes. Aquí fue mi primera falla. Tengo 137 alumnos vigentes y por ley debo colocarle nota a todos pero he revisado y adjunto copias de las notas para que usted mismo verifique y me perdieron matemáticas 15 alumnos, es decir, el 10,9 %. Yo se que en el inconsciente colectivo de muchísimos matemáticos el hecho que al final una madre de familia y su hijo los siga por los pasillos suplicándoles que les reajuste la nota es motivo de orgullo y es la “demostración inequívoca “que los niños son brutos y que la materia es extremadamente difícil y que no es para todo el mundo.
Yo soy de un pensar muy distinto. Pienso como un médico en un servicio de urgencias que le llegan 34 pacientes (los alumnos) y a él se le muere uno sólo. Ese médico estará muy triste y es posible que alguna lágrima asome en su rostro.¡ A mí se me murieron 15! El rector del anterior colegio me declaró en desahucio y me quito la carga académica porque según él la mortandad era muy bajita y eso daña el prestigio del colegio. A decir verdad se me quedaron más estudiantes pero el computador del colegio los paso aproximando centésimas o que se yo.
Los que me ganaron y los que me perdieron piensan, y así me lo han hecho saber, que el que pierda conmigo es muy bobo. Ello nace que yo trato que la matemática sea la más fácil de las ciencias. Me recuerdo que en la escuela secundaria yo tenía extrema aversión por las matemáticas porque tuve algunos profesores que decían que el 5 era para el libro, el 4 para el docente y el 3 o menos para el alumno. Incluso en la universidad, en la clase de ingeniería eléctrica un táparo que ejercía de docente nos dijo el primer día de clase que de los 60 que éramos la universidad le había ordenado pasar 3. Que los demás deberían pasar pero haciendo curso de vacaciones y que en total no serían sino 15. Efectivamente pasamos 3. Mi vida cambió cuando a los 17 años y para burlarse de nosotros nos dijo que quien lograse demostrar la fórmula E=m.v2 que era la fórmula de un tal Albert Einstein le colocaba 5 para el resto del año. Previamente nos advirtió que las matemáticas para eso sólo un puñado de seres del mundo las entendía. Me fui apara mi casa y sin utilizar trasformadas de Laplace, trasformadas de Lorentz , espacios de Rieman,ecuaciones diferenciales parciales, operadores nabla logré demostrarla en tres días con la sola matemática de Baldor a quien yo hijueputié miles de veces y para que se me entienda en el día de hoy sería, como creen algunos un Taliban. ESE DÍA ME ENVALENTONÉ porque vi que la matemática es la más sencilla de las ciencias. Decidí estudiar matemáticas para mostrarles a mis alumnos cuán fácil era y eso he hecho por más de 35 años.
En una prestigiosa universidad estaba en primera fila escuchando una conferencia a un PH. D. que además tenía 3 títulos posdoctorales. Me aburrí y no le presté más atención por lo cual suspendió su exposición. Se enfureció y me preguntó el porqué a mi no me interesaba su discurso. Le contesté que con todo lo que él sabía no se hacía una sopa. Ese día entendí lo que decía José Ingenieros que una cosa es un erudito y otra muy distinta un sabio. También recordé el refranero español que dice que hay hombres sabios sin títulos y brutos con muchos títulos. La cosa terminó bien porque me invitó a desayunar y me agradeció las palabras porque fueron sinceras.
Debo confesar que soy un ladrón ya que robe tiempo de mis clases para hablar de valores. Me volví cansón con la carreta de los valores. Insistí en que todos somos iguales y sagrados y por ello nos debemos respeto y no podemos irrespetar a nadie ni con insultos ni con agresiones, que la promiscuidad sexual no es una opción válida, que no se puede aprovechar ninguna oportunidad si ello perjudica a otros y que la vida es sagrada y no se puede hacer apología del sicariato ni del narcotráfico. Ojalá aquí no haya perdido el año porque hice de Robin Hood por ellos. Menos mal que las directivas no me pillaron robando. Robar de esta forma no es permitido en una sociedad donde los antivalores son los que gobiernan y donde Madonna en un mes vende más discos que Bethoven y Mozart juntos.
En mis más de 35 años de docencia me encontré que en la institución hay libros de matemáticas que son un orgullo para Colombia y por ello no hay que hacer planes de la materia. Esos libros son tan buenos que, perfectamente traducidos, servirían de texto en Finlandia, Japón o Estados Unidos. Yo los seguí y los agoté en todos los cursos aunque no he permanecido sino tres períodos.
Tuve una limitante y por ello se perdió la parte más valiosa del libro y es la utilización del computador en clase para graficar, resolver y hacer simulaciones. El colegio debería tener un aula para matemáticas con computador por estudiante porque no resulta práctico ni funcional buscar al administrador de la sala de informática, bien ocupado de por sí, para que me facilite la sala todos los días.
Espero mi caro amigo haber solventado todas las dudas e inquietudes y me suscribo como su amigo:
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