Inicio / Cuenteros Locales / nacho_gallardo / La belleza del agonizante camarada
No estoy seguro de lo que hay que escribir
pero hay que seguir escribiendo
poesías, cuentos, novelas, autoayuda
eso ya no sirve
no quieren versos finamente elaborados
ingeniosamente astutos
cuentos concisos y punzantes
obras eternas en su legado
historias verídicamente ficticias
tratados para bajar de peso y disfrutar al follar
candidaturas perpetuas
lúcidos ensimismamientos profanando el status quo
estas bestias quieren ser insultadas
métale chuchadas y retorcijones
es menéster insultar su confianza
desplazar lo dicho hacia lo indeseable
infantes violados por sus padres
recomendaciones inapropiadas para su etapa
degradaciones indignamente ilustres
golpes bajos
aterrizajes forzosos
escupitajos sobre los complacientes renegados
adjetivos discriminadores y prejuiciosos
soplidos eyaculados del ano enfurecido
cinturas devoradas por la ansiedad
mátenlos a todos en su ley
la muerte los espera en el más profundo poema
da lo mismo si ya fue dicho
recordarles debemos su miseria desabrida
la miseria merece más que una válvula profana
escapando de la risa, el llanto y la lujuria
todo vale excepto la presunción inócua del amanecer
cuando llega la luz se apaga el deseo
una lucha constante contra el compromiso
aciago en su concha premiada
sílabas olvidadas por los cobardes
acostados en la selva ermitaña
calmante lúcido del incendio mamón
esfuerzos obligados a resucitar
clavos martilleados una y otra vez
el vacío nos entrega la respuesta
siempre quisimos algo más próspero
una vivencia extendida semejante a la sonrisa
aquel pájaro devora la semilla
que nunca podremos ver
pero siempre estaremos en condiciones de describir
atentado infructuoso heredero de la ilusión
no hay océano, valles, praderas sinfónicas
un insulto bien logrado
halagos uniformes y dóciles
asco me dan las penurias con finales felices
anécdotas de la juerga farandulera
féminas serpenteando alrrededor del deseado falo
putas que carcomen al macho recio
se cree poeta y lo peor lo creen poeta
no es más que un buen orador
la suerte lo acompaña
múltiples intentos de navegar hacia el infinito
en lo personal hace rato alcancé la meta
estos versos son carne
reposada en carne, sufrida con carne
carne esparcida en cada silueta redactada
afanes victoriosamente lúgubres
la verdadera reencarnación del ser
manos vendadas, siniestros cálculos
apetitosas mantas cobijando el obituario
queda poco para inventar la gloria
hemos reforzado el precepto imprescindible
unos fallan éste jamás
lámpara humilde y leal
flora usurpada por el viento
ráfaga silenciosa del último suspiro
nos adentramos como es usual
en el deshecho camino
por dónde, no sabemos
sólo que debemos escribir
y esperar que otros lo hagan
al ritmo del ritual impreciso
que olvida la razón teorizada
y retumba junto a las tinieblas del corazón inescrupuloso
quizás nunca pueda abrazarte
los relámpagos serán mi compañía
mientras quede algo de cerveza.- |
Texto agregado el 28-11-2012, y leído por 159
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