Leía en la prensa de hace algunos días, la carta que un lector había enviado a LUN (Las Últimas Noticias), en donde ofrecía vender su alma, ya que su situación económica era muy precaria y estaba endeudado hasta la tusa. Pienso en una hipotética negociación con dicho señor, si alguien poseyese el dinero suficiente para la transacción y estuviese lo suficientemente loco para llevarla a cabo. Menos me habría sorprendido que el señor aquel hubiese puesto a la venta un ojo suyo, un riñón o un pulmón como una medida desesperada para cubrir sus ingentes (y urgentes) gastos.
Pero, siempre hay un loco en oferta para cualquier manicomio que se aparezca en el barrio y esto que comento ingresa de lleno en esos lindes. El señor aquel, vende su alma y no hay forma de averiguar el estado de tan intangible producto. No nos sería posible solicitar una garantía o un catálogo que explique su funcionamiento. En computación, los discos que recolectan información pueden formatearse, en este caso, ¿puede dejarse en limpio tan discutible artículo, que muchos incluso niegan y otros le otorgan hasta un peso específico?
Si yo quisiera comprar un alma, este sería un elemento que me permitiese potenciar la que ya poseo, pero, ¿qué tal si el famoso producto viene cargado de tormentos y tribulaciones, acongojado por una lista enorme de miserias, falsedades y bajas pasiones?
En ese caso, me quedo con la que tengo, un poco a mal traer, pero conservando todavía la esperanza en algo mejor. Un alma tan atormentada como aquella, sería incluso desechada por Satanás, ya que este señor debe estar atiborrado de artefactos de ese tipo.
Por lo tanto y concluyendo, deduzco que el alma de este señor permanecerá aposentada en ese mismo espacio indeterminado por todo el tiempo que le haya sido asignado por los hados, los sinos o cualquiera otra entidad responsable.
Le recomiendo mejor, que se busque un objetivo, un camino o una cita con alguien atrayente. Verá este señor que después de aquello, no se querrá desprender ni por todo el oro del mundo de algo que le entrega una importantísima razón para continuar existiendo…
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