Jim Orwell estaba a punto de cumplir 70 años y los inviernos en Londres ya le producían mucha nostalgia y no pocos dolores en los huesos. Era un escritor consagrado y sus cuentos cortos figuraban en todas las antologías de literatura inglesa. El curador de la biblioteca de la Universidad de Oxford le había hecho llevar sus obras hacía más de treinta años. Su cuento más famoso era El asesinato en Picadilly Circus.
Jim hoy ha madrugado a revisar su maleta para verificar que todo esté en orden y , ante todo, que no falten los detalles para Samir, el vecino de la casa que tiene en Marruecos. Para Jim invierno en Inglaterra significa escapada para Marruecos. Samir Abdala es su cómplice en los paseos por la plaza de mercado para comprar artesanías y disfrutar del ruido humano que él no consigue en Londres y que es, precisamente, todo un encanto para un inglés. Lleva en su mente el pensamiento de escaparse para los baños de Marruecos en donde la bella shakir le hará masajes, los más placenteros del mundo, y otros secretillos. Pasará, indefectiblemente, por donde los Mansur a comer Quibbe y carnes crudas preparadas en especias como sólo los árabes saben hacerlo.
Llegado a Marruecos salió con Samir al paseo infaltable por la plaza de mercado. Encontraron a alguien que decía llamarse Ahmer Shaker porque en realidad no debía llamarse así ya que era blanco y hablaba el árabe con mucho acento y además no era musulmán. Ahmer raspaba hielo en una máquina manual, le echaba color y saborizantes y a ello le llamaba “ cholein”. Su sabor era delicioso y prácticamente con el calor sofocante de Marruecos cholein ya era una palabra conocida y que pronto sería incorporada al léxico árabe.
Ahmer pretendía hacerle creer a Jim que era escritor consagrado y le hablo´ de muchas obras ya prensadas. Cuando Jim le pidió que le hablase, con detalle, de alguna de ellas;Ahmer le contó El asesinato en Picaddilly Circus.Jim permaneció callado y atónito viendo que Ahmer se atribuía su más famoso cuento. Decidía no hacer nada pero se dio cuenta que ya su cuento no era suyo porque en verdad ya era parte de la cultura universal.