Como en los cumpleaños de los dos años anteriores mi pobreza, la distancia, y mi falta de imaginación no me permiten mas que regalarte palabras, mis palabras viajeras, esas que tienen que recorrer mil kilómetros para pararse frente a ti a dibujarte mis besos, darte mis abrazos y mi silenciosa voz.

Mis palabras silenciosas hoy son todas para ti, la mayoría quieren decirte que te aman, otras tantas quisieran tocarte y untarse de cereza los labios en el manjar dulce de tu cuerpo, otras no van a alzar el vuelo porque se sienten celosas incluso de los extraños con los que hoy cruzaras una simple mirada, y otras se expandirán por varios rincones del mundo para que los demás sepan que eres una estrella que escapa de las noches del firmamento para llevarme a volar un rato.

Existe un grado de probabilidad casi tan exacto como la muerte, que en este día, tu naciste para darme vida después de la vida, convertir mis ocasos prematuros en brillantes atardeceres y limpiar los restos de rutina que me rondan en las mañanas; para darle el firme propósito a mis manos de intentar alcanzar las tuyas durante tu ausencia, y para desviarme por el camino que conduce hacia un rincón de tulipanes que se te escapo del alma y en el que me refugio desde nuestro primer lecho.
Desafortunadamente cuando no estoy contigo mi tiempo es escaso, por eso no todas mis palabras viajeras embarcaron, pero las que se quedan aquí te mandan decir que ojala tengas un Feliz Cumpleaños.