Hoy el pájaro no canta, porque la tristeza invade hasta su canto. Hoy el pájaro se aleja, porque no pudo dejar huevos de amor en otro nido que tanto anhelaba. Se aleja porque en este preciso instante lo dominó la razón por sobre el resto. Hoy el pájaro no quiere intentar lo que en el pasado ya hizo. Por lo tanto, extendió sus alas a través de ese abismo, y lo que todos los otros pájaros pensaron era una caída inminente fue un lento desenlace. Extendió sus alas y voló, y siguió aleteando con todas sus fuerzas hasta estar a salvo de las garras de su voraz enemigo, la vida.
Pronto el pájaro siguió cantando, como antes solía hacerlo.