Mujeres sin nombre que de tango se disfrazan y de espadas acorazan palabras de bronce. Hiriendo van en sus culposos silencios, en sus coquetos deseos, en su innombrable soledad. “Amor es el pan de la vida” que a migajas destila la que a bocanadas se esconde en alma enajenada/ deseo y ansiedad. Marchita estarás algún día, sin cuidados y caricias; enredada en tus glorias y en memorias de otredad.
Texto agregado el 26-11-2012, y leído por 75 visitantes. (0 votos)