Inicio / Cuenteros Locales / DanielAndrade / Un día feliz
Hacia el año de 1992 cerca de mi casa pude observar a la mujer más hermosa que haya visto en mi vida, como de 19 o 20 años me imagino que era su edad, nunca pude conocerla, pero podía observarla unos días ya que a menudo ella concurría al puerto de dicho pueblo. Yo me acercaba cautelosamente para que ella no notara que yo la estaba viendo. No me cansaba de mirarla, su cabello era tan liso, de color castaño, su nariz y boca eran finas y lo que más me impresionaba eran sus ojos de color café claros.
Mi edad en ese entonces era de 21 años, dependía todavía de mis padres. Cuando mis padres se fueron de Santa Lucía tuve que irme junto con ellos. Nos mudarnos debido a que el negocio que teníamos de venta de repuestos para motores no estaba siendo rentable ya que el único sector al que se dedicaba la gran mayoría de gente, la pesca de camarones, fue decayendo por la mancha blanca ocasionando que se estancara la economía en aquel pueblo y aumente el desempleo. Esto provocó que se hiciera muy difícil dar sustento a las familias incrementando el éxodo rural.
Cuando llegué a la ciudad empecé a recordar mucho a la chica que nunca pude conocer, yo estaba empeñado en volver a verla. No sé como pero sabía que no era una simple obsesión o una ilusión. Por casualidad un día mi padre tuvo que viajar a aquel pueblo en donde vivíamos ya que ciertas personas a quienes mi padre les había otorgado créditos deseaban saldar sus deudas.
Acompañé a mi padre y al llegar a aquel pueblo busqué rápidamente el sitio que ella visitaba con frecuencia, no la encontraba debido a que dicho lugar tenía gran afluencia de personas.
De pronto vi que una chica estaba sentada muy cerca de mí. Disimuladamente miré hacia aquel lugar porque sentí que ella también me estaba mirando. Yo no podía perder más tiempo, pero no estaba seguro de mí mismo. Toda mi vida me había conformado en el pequeño mundo que vivía, mi personalidad era muy introvertida y peor aún tenía poca habilidad para expresarme y entablar una conversación, lo cual no son buenas cualidades que impresionen a una chica.
Hasta que al fin me decidí en acercármele, fue uno de los momentos más difíciles e incómodos que haya experimentado pero después de poco tiempo fue prevaleciendo la confianza en mí y mantuvimos una conversación muy interesante. Se hacía muy tarde, ella me dijo que tenía que volver a casa, pero yo inmediatamente le pedí su número de teléfono para poder contactarnos y lo que nunca pensé que podía pasar en aquel momento es que ella me diera un beso. Me dijo que siempre se había dado cuenta de que yo la observaba además me dijo que siempre yo le había gustado.
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Texto agregado el 26-11-2012, y leído por 124
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Lectores Opinan |
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26-11-2012 |
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A veces es todo lo que hay. Un día de felicidad o la sensación de que se pudo ser más feliz con esa persona.
Bien narrado. umbrio |
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