Tus besos son una ráfaga de viento,
Llegan a veces con el amanecer o el crepúsculo
Pero llegan, siempre llegan.
Y una fina lluvia es a veces su temprano anuncio,
Y cuando eso sucede me despojo de todo ropaje
Y totalmente desnudo me baño en ellos.
Y del oriente y del poniente hay señales en el cielo,
Solo los que no entienden -o no aman-
Se convertirán en estatuas de sal.
Pero cada vez que tu llegas con el viento y la lluvia,
Mi cuerpo reverdece como un viejo árbol, pleno de ramas y verdes hojas,
Y de mis ojos ruedan lágrimas de agradecimiento
Que tocan las orillas de playas extranjeras,
Y la muerte queda suspendida
Y la vida todo lo llena
Pletórica como la luz del día.