Una vez amigo tú me escribiste, haciéndolo en una carta larga y llena de contradicciones, reflejo un tanto producto de tu mala situación económica momentánea y por la fatalidad de un mal amor que se acababa de irse.
Lo que de esa carta al final puede rescatar fue que me cuestionabas o mas bien me preguntabas encubiertamente:
¿Si la vida tan como nos lo permitía vivirla en ese momento era:
una bendición o por el contrario,
¿era drama sin fin?
El desconocimiento fundamental que tus tenias de ese período vencido de tu vida era seguramente tú propia fuerza espiritual como tal; por la manera que manejabas tus cosas y que me hacia suponer y que ello, no te dejaba avizorar, la profundidad de tu pregunta:
Pues sencillamente desconocías la realidad de tus cosas.
La respuesta de parte mía a tu carta, fue sencilla:
Aun recuerdo que me llevo tiempo meditar tal o cual cosa que debía anteponer, para no herir tu celeridad para ofenderte, o sencillamente para aún no fueses, mas intransigente contigo mismo.
Busque entre mis cosas y apareció una leyenda que tiempo atrás había leído:
Era una leyenda de la India que nos cuenta del temor de un ratón
Le tenía terror a los gatos, hasta que un mago aceptó transformarlo en gato.
Eso resolvió su temor... hasta que se encontró con un perro,
Nuevamente llamó al mago que le convirtió en perro.
El ratón convertido se sintió contento hasta toparse con un tigre…
Otra vez llamó al mago para que lo conviertira en tigre.
El mago nuevamente aceptó el reto
Cansado ya del temor del animal transformado sucesivamente espero por dos días consecutivos hasta que nuevamente llegara porque:
Les temía como tigre a los cazadores
Pero ésta vez el mago enojado, se negó a ayudarlo... diciéndole
"te convertiré nuevamente en ratón, porque aunque tienes cuerpo de tigre, tu corazón sigue siendo de ratón".
Quedaba claro amigo a una de tus preguntas, se podía simplemente ver en el texto sin ofenderte:
La valentía surge de lo que somos.
Y siempre pero siempre los apoyos externos pueden sustentar temporalmente a uno, como persona.
Pero solo el carácter interno de la persona, crea la suficiente bizarría para proseguir con la misma vida, vida que por cierto infinitamente nos la cuestionaremos, si fue buena o mala pero que sin dudar debería ella solo medirse, por los actos realizados hasta hoy.
Al fin creo Amigo mío sin dudarlo que la vida es la lógica y correcta sucesión de días vividos a pleno en una subsistencia segura de ser vivida correctamente.
Pero claro, recordaba que mi propia vida en algunos momentos estuvo llena de contradicciones, fue allí que en un tiempo muy oscuro para mí, mi padre ya muerto, me habló sosegadamente:
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasando unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave.
Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aun continuaba inmóvil.
Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una gran recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
El rey le dijo a su corte, traedme al autor de ese milagro rápidamente
Al tiempo se le presentó a un campesino muy humilde pero muy seguro de su presencia y con altura y sin temor le contestó al rey cuando éste le pregunto;
- ¿Tu hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres tal vez mago?
El campesino mirándole a los ojos al rey le dijo:
-Fue fácil mi rey, sólo corté la rama,
Y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas.
Y se lanzó a volar...
Entonces amigo, mi padre me hizo comprender:
¿A qué te estas tan aferrando que no puedes ser todo lo que podrías llegar a ser?
¿Qué estas esperando para soltarte?
Libérate de tus fracasos, exígete a ti mismos nuevos y válidos triunfos.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas
veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharas de la persona que te gustaría que te las dijera:
El principio del cariño o de la amistad, es dejar que aquellos que conocemos, sean ellos mismos y no tratarlos de adaptar a nuestra propia imagen, porque entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos, en ellos.
No vayas por el exterior o de la corteza de figura, esto te podría engañar.
No vayas por las riquezas, porque aun ello eso se pierde algún día.
No vayas por el color, pues la sangre siempre es roja pero baña a los músculos dándole también ese color rojo como igualmente a los huesos.
Hay momentos en los que extrañas a una persona tanto, que quieres sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas.
Pero con ello estarás forzando, solo un deseo.
Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo.
Amigo entonces:
No puedes ser feliz en la vida si no dejas ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón...
Solo así se es verdaderamente feliz
Adiós
Gus
BsAs
Agosto 2004.
Gustavo Gabriel Camisasca
Contemporáneo
Almagro
Argentina.
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