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Dieciséis horas más tarde, los científicos acudieron a la sala de experimentación, ya que desde allí provenían algunos murmullos.
Grande fue la sorpresa de los hombres de ciencia, al constatar que los pacientes, ahora entablaban un suave diálogo entre ellos.

El peligrosísimo Puning, sentado en su lecho, parecía musitar una oración. De no ser por las amarras, uno pudiera haberlo imaginado con sus dos manos juntas dibujando una plegaria.

- ¿Cómo se siente usted ahora- preguntó el científico Green al facineroso, quien, sin abandonar su mística posición, le respondió con una voz suavísima: -Buenos días, joven. Agradecía en estos momentos a Dios por brindarme esta gran tranquilidad espiritual.

Los científicos se maravillaron, porque al parecer, el experimento había sido todo un éxito.

Del mismo modo, cada uno de los demás delincuentes, ahora reflejaba en sus rostros una paz espiritual que seguramente nunca antes se dibujó en sus mal encarados rostros.

- Esta noche descansarán y mañana evaluaremos si continúan evolucionando de la forma que deseamos- manifestó Paulman, retirándose muy satisfecho a su habitación que lindaba con la sala de experimentos.

- ¡A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota!- escuchó proclamar Paulman, pensando que sólo era una imagen que se le había escapado de un sueño. Pero, la voz provenía de la sala de experimentos. A medio vestir, corrió los pocos pasos que lo separaban de ella y grande fue su sorpresa al encontrarse con el tuerto Puning envuelto en una sábana y orando del mismo modo que lo hacía en vida sor Teresa de Calcuta.
- Debemos amar la oración. La oración dilata el corazón hasta el punto de hacerlo capaz de contener el don que Dios nos hace de sí mismo- prosiguió Puning o la sor, ya que Paulman y Green, que contemplaban la escena en estado de éxtasis, ya no sabían distinguir quien era quien en ese momento.

Calígula, el despiadado asesino, rapado y envuelto en una sábana, ahora hablaba al más puro estilo de Mahatma Gandhi, Pulgarcito Murder, apodado así por tratarse de un gigantón rompecuellos, Garabato, Killer John y todo el resto, se habían posesionado del papel de los más pacíficos y santos hombres de la historia y cada uno de ellos le hacía honor a su nueva investidura, aleccionando a quien se le colocara por delante para lograr que los hombres alcanzaran el éxtasis de sus espíritus.

Los diarios de todo el mundo publicaron con mayúsculas tan importante y trascendental noticia, que produjo un revuelo tal, que motivó a los gobiernos de la tierra a poner en práctica dicha terapia con el fin de acabar con la delincuencia.

En menos de un año, todo asesino, ladrón, violador y uno que otro dictador, que también fue encasillado entre los seres más peligrosos para la humanidad, había sido intervenido, de modo tal que ahora el mundo era una taza de leche.

La gente normal, la que no comete homicidios, la que no se deja tentar por lo ajeno ni está dispuesta a cometer ninguna trapacería, también tuvo oportunidad de adquirir una versión Light del producto, lo que le produjo un crecimiento espiritual inimaginable.

Así, entre tanto rezo, prédica y frases aleccionadoras, se desarrollaba la humanidad actual. Paulman y Green se hicieron multimillonarios y como no se inocularon dicho gas, contemplaban todo desde su propia distancia. Pasaron los años y los científicos comenzaron a aburrirse de esta sociedad tan virtuosa.

- Ya nadie quiere disfrutar de los placeres mundanos con nosotros. ¿Qué podemos hacer para encontrar una sola persona que nos acompañe y no nos abrume con su monótona monserga? – preguntose a sí mismo Green. Paulman, que pensaba lo mismo, propuso que experimentaran con una droga o gas que revirtiera el proceso y para ello, se proveyeron de varias chicas que oraban en la montaña. Semanas y meses estuvieron practicando diferentes sustancias con ellas hasta que un día, una muchacha despertó después de que se le hubiese inoculado una droga y preguntó a voz en cuello: -¿Quién quiere tener sexo conmigo?

La salvación del mundo venía en camino, a no dudarlo…


(ESTO ES EL FIN)


















































Texto agregado el 23-11-2012, y leído por 216 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
24-11-2012 ja ja ja... genial amigo; tanto trabajo para venir a darse cuenta que era aburridisimo. Un abrazo!!!!! 5 aullidos inoculados yar
24-11-2012 jajaja, buenísimo! sos un maestro y realmente creo que sos uno de los mejores cuentistas de la página, tu imaginación es envidiable (yo te envidio y no por eso me van a tener que convertir en santa, ojito ehh!). Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
 
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