Se me torció la mirada
Al no saber qué hacer,
Y lo que es peor,
Ignorando cual sería
Mi intrépida reacción
Situado a escasos metros
De un grandísimo mastodonte,
Quedé, como queda la olma,
Sin color en mis pensamientos,
Como la olma sin hojas,
En paños menores,
Como inerte y ensangrentada
Ante el invierno áspero.
Hube de buscar apoyo,
Un asiento que en los
Bordes del bosque
Los habían llevado
Los que visten con
Guardapolvo de lona
Con formas extraviadas.
Decidí salir a la carrera,
Como los galgos de
La seca estepa,
Sin saber correr como
El galgo, y presa
De mis botas de un mayor,
Caí de manera temeraria,
Y poniendo en riesgo
Mi piel color sanguina,
Bajo las tripas del
Temido mastodonte
Mis ideas y pensamientos
Me dieron tanto pavor,
Me dieron tanto terror pánico,
Que perdí el sentido
Ante las fieras angulosas
Que habitaban el bosque
Cerrado.
Aguadulce, noviembre 2012
José María De Benito
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