REALIA
Es un termino del ingles (que proviene obviamente del latin) que oi utilizar a una profesora que impartia un curso sobre la pedagogia de idiomas; ella lo aplico a qualquier objeto que, por pertenecer al orden de lo real-una lata de sopa, un martillo, unas botas gastadas de campo o de obrero, etcetera-se podia introducir dentro del mundo un tanto artificial del aula academico, asi surtiendo un efecto visceral de, digamos, autenticidad que deshacia de alguna forma la monotonia rancia de lo viritual o teorico.

Pero REALIA tambien es el nombre de un grupo empresarial de Espanna, que incluye algun banco y empresa de la construccion, y que remite al final y como siempre, a grandes patrimonios de familias potentadas dentro de la muy real oligarquia economica de dicho pais.

Y en lo alto de las Torres Kio, en un extremo de la ciudad sobre el Paseo de la Castellana a la altura de la Avenida de las Asturias y la calle de Mateo Inurria, se lee, como si estuviera escrito en el cielo sobre Madrid, el logotipo de dicha empresa que son simplemente las letras en mayuscula, una detras de otra en la secuencia acostumbrada: R-E-A-L-I-A.

Y seria en el anno 2006 cuando ya perfile en mi cabeza el concepto base de esta meditacion, una mannana de primavera-seguramente-cuando, andanado yo en alguna gestion mundana y administrativa por esa altura del Paseo de La Castellana, alce la vista y lei esa palabra en la cima de una de las torres que sobresalen del “skyline” de esa parte de Madrid; y con el ruido del trafico y el estrepito vital urbano a mi alrededor, supe que realia lo era todo lo que ante mi se aparecia; que se habia producido una especie de macabra inversion de los terminos, y lo que yo habia conocido como fragementos de realidad dentro de un entorno solidificado de lo teorico, se habia traslado a la realidad de la condicion humana en si, obviando la diferencia entre ambos; o dicho de otra manera, comprendi que todo ahora constituia mas bien el ambito “solidificado” y polvorientamente esteril de un museo, un museo de la humanidad como historia, finada ya y para siempre.

Y la presion que sentia por cumplir con mis obligaciones de entonces, la necesidad de tomar un café y tener la ropa cuidada, y llegar a tiempo a las citas con los zapatos limpios, puesto que asi podria aspirar a algunas semanas de vacciones al mes siguiente; todas aquellas motivaciones y fuerzas dentro de mi y que veia tambien en los demas que pasaban a mi lado, ahi en la acera en ese preciso momento aquella mannana de primavera, eran una ilusion, un facsimil de una realidad y momento historico humano ya desvanecidos, hecho humo y sombra, y desaparecido ya.

Y lo que vi, la imagen mental que aun retengo, mas o menos, se aproxima en mucho a esta:

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/30/suvivienda/1306752807.html