LA FRASE FINAL DE VARIOS CUENTOS (Y LA ESTRUCTURA DEL CUENTO CONTEMPORANEO)
Comienzan a pelear.
(Ultimos atardeceres en la Tierra, Bolanno)
Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.
(El Sur, Borges)
La superficie del aceite vibró un rato al influjo del golpe y fue quedando luego definitivamente quieta.
(El tonel de aciete, Ribeyro)
La carpa la robaron ni bien empezó la temporada.
(Infierno grande, Guillermo Martinez)
Muchos deben sufrir de lo mismo.
(Un lugar limpio y bien iluminado, Hemingway)
lo comprendí todo claramente como si fuera una de esas cosas que se aprenden para siempre desde niño y no sirven después las palabras para explicar.
(Un suenno realizado, Onetti)
Y en la antena de la radio flotaba locamente la bandera con la cruz roja, y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.
(La autopista del sur, Cortazar)
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Se basa-casi siento tener que decirlo-en un principio de eficiencia o efectividad: todo aquello que te sirva para llegar a ese imagen final, y cierto concepto correspondiente, acaba siendo el cuerpo principal del cuento que vas hilvanando segun creas, sientas o puedas. Pero implica estar en posesion de algo que contar antes de ponerte a escribir. Y lo mismo vale decir, muchas veces, de lo que vayas a emitir por la boquita en la vida asi en general.
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