Recordó.
Despertó de repente, sobresaltado miró a su alrededor, y en la penumbra descubriose calzado con botas de goma. Un penetrante olor inundaba el recinto, y sobre el agua negra que lo rodeaba, flotaban indiferentes, heces, papeles higiénicos no muy higiénicos, legumbres (¿Legumbres?), además de otras cosas. Vagamente primero, y después mas vividamente recordó las bromas que sus compañeros hacían respecto a los guardias que no sabían masticar la comida. Sonrió con desgano. Sus compañeros... Se miró las manos y encontró en ellas una llave stillson de dieciocho.
¿Por que estoy aquí?. La pregunta resonaba en su mente, y mientras los engranajes de su cerebro buscaban la respuesta real, su mente trajo a la memoria la respuesta mas barata, la mas rápida; debo soltar la unión patente espichar el aire, y volver a apretar la unión, para arrancar la bomba y bajar nivel. Frente a él aparecía un asqueroso bulto semisumergido compuesto de fierro fundido y detritos orgánicos, y un caño cubierto de negra mucosidad. A la altura de su pecho formaba el tubo una extraña protuberancia babosa, que debía ser por fuerza la unión que buscaba.
¿Por que estoy aquí? La pregunta volvía como las campanadas de una iglesia, y a su mente llegó el recuerdo de su esposa, de su hija, de lo felices que se ponían cuando llegaba con alguno que otro modesto presente. Recordó el costoso tratamiento medico del cual ya no hablaban desde hacía tiempo. Recordó las cuentas por pagar, como habían crecido..."Es la única cosa en este mundo que crece si no lo alimentas”. Sonrió recordando a aquel personaje tan simpático, fallecido tiempo atrás. Trató de recordar de el alguna otra perla de sabiduría de aquel viejito, pero no pudo.
Abrió la stillson a dos pulgadas, y luego media pulgada mas, y la enganchó de la unión. Alcanzo a reaccionar antes de pegar el tirón. Desenganchó y limpió la pieza. Había olvidado que algunas personas soldaban la pieza al revés, con la tuerca abajo. Se cercioró y continuó con la operación. Mientras soltaba la pieza recordó sus años de estudiante, y como la profe les hablaba del campo laboral, cuentos propagandísticos de una especialidad que ya no tenía el "glamour” de antaño, quedaba gente aún que contaba historias diametralmente opuestas, que antiguamente los "eléctricos” eran muy bien pagados, que eran respetados por todo el mundo, que eran muy solicitados ya que pocos no le tenían miedo a la electricidad (invisible bicho que podía matar con un toque...) y que la calidad del trabajo de aquellas gentes difícilmente la podría igualar algún personaje hoy (entonces...). Ahí nos amargaron la existencia. "Desde entonces traté de alcanzar la perfección sin lograrlo nunca, intentando emular el trabajo de aquellas gentes", pensaba.
Entonces vino a su memoria la época en que le dijeron "estás para mas y mejores cosas, continúa estudiando...” y no pudo seguir una carrera universitaria. Las razones ya poco importaban.
-¿Y tú?
- Nooo, yo soy técnico de liceo...
-Ahh… - Era común la pregunta.
Fsssssss…. comenzó a sonar el escape de aire por la unión, había que esperar que soltara todo el aire.
Recordó lo humillante que había sido con él el presidente del sindicato en la empresa donde anteriormente estuvo. Que injusticia ver como ascendían las gentes con menor antigüedad por jugar en el mismo equipo de fútbol. Recordó que tan en alta estima lo tuvo cuando entró en esa empresa... Recordó el cuento de trabajo en equipo, eso si fue bueno, eso si resultó, pero no duró mucho. Entonces recordó aquel veintiocho de diciembre que lo despidieron, que pensó que era una broma. Recordó los meses limosneando el finiquito, recordó como se desvanecía el dinero, recordó la operación de su esposa mientras estuvo cesante.
Comenzó a apretar la unión, sellando el ducto. Recordó que debía volver a la realidad, que estaba cebando la bomba para impedir una inundación con aguas servidas y que era el eléctrico, que debía conectar el motor trifásico y que estaba trabajando.
Ya habría tiempo para recordar...
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