Bebo el silencio
a raudales por mis oídos
-copa a copa -
siento en mi boca
el eco oxidado de una nota.

huelo la semántica
-aroma vulgar-
de una palabra vertical,
siento y luego escribo que soy
un error existencial.

Guardo el hambre
-billete virtual-
en el trasfondo de mi billetera,
debato con mi sombra
sobre la escases y la crisis intestinal.

Cuelgo el sueño
en el dintel de la quimera,
hablo del suicidio y la eutanasia
y de la cuestión homosexual
con una muda calavera.

Sobrevivo cada vez que procedo
-sutil suicidio-
ahorcarme con el hilo azul de mi pluma, o
cada vez que me arrojo desde un verso de espuma
al abismo analfabeto de un tintero.

son acaso estos versos
la elocuencia de mi locura,
el culto hereje a las letras muertas,
la hilaridad de mi alma muda,
el impudor de mis palabras desnudas



N©
Tarija la Linda, Noviembre 17 de 2012