Helmut vivía preocupado porque notaba que el ser humano estaba en una carrera desaforada y había un cambio de valores extraño que operaba de manera universal. Los jóvenes Vivian de espaldas a la realidad. No querían trabajar. Solo querían las drogas y el sexo sin protección. La música que escuchaban y ejecutaban era una música loca que hacia apología de los antivalores. El consumismo hacia una presión inaguantable sobre los recursos del planeta. Indudablemente por causa de la pérdida de sostenibilidad toda su civilización estaba a punto de colapsar. Empezó a pensar que así como el hombre tiene sus chacras que condicionan su actividad emocional y su actividad mental de la misma manera la tierra tiene los mismos chacras que ejercen esas funciones y es de ese material de donde el ser humano extrae los materiales para construir su cuerpo mental, su cuerpo astral y los demás cuerpos. Empezó a pensar que quizá algo le habían hecho al planeta. Sabía por un alquimista que la tierra tiene una inteligencia planetaria de 400 y que había seres más inteligentes y planetas que también lo eran. Helmut era un genio y sabía que no había con quien hablar de este tema ya que sus conciudadanos tenían una inteligencia de 100 puntos y Vivian ocupados con el problema de conseguir lo necesario para la subsistencia. Para ellos ni siquiera la filosofía existía. De pronto muy borrachos soltaban algún pensamiento filosófico seguido en medio de algún llanto por lo que Helmut se mofaba diciendo que a ellos pensar les dolía. Helmut había sobrepasado, hacía rato, los 200 puntos. Solo se había construido un adminículo con que practicar una especie de homomorfismo con lo que esperaba resintonizar la tierra. De esto no podía ni hablar. Se imaginaba la tristeza de la tierra maniatada y esclavizada viendo fracasar a sus hijos y sin que pudiera darle a conocer toda la trama en que estaba envuelta y que los arrastraría a todos. Él tenía la certeza de que estamos esclavizados por seres más inteligentes que nos parasitan como si fuéramos un gallinero. El alquimista le había dicho que el talón de Aquiles significa que por muy alto e inteligente que sea un ser no es completo ni absoluto y tiene su talón de Aquiles y que a eso hace alusión la leyenda de David y Goliath. Que no perdiera su entusiasmo. Que él se había construido su propio mundo y que este ya no le interesaba. Helmut sentía que la madre tierra está herida y suplicante.
Al salir una mañana en su natal Ulm se topó con un grupo de personas de aspecto respetable. Todos le sonreían con cariño muy familiar y ninguno le conocía. Él supo que ellos andaban en lo mismo y también ya lo sabían. Pensó que al menos no estaba solo. Siguió de largo a encontrarse con su adminículo con el que ya llevaba algunos meses y había notado resultados. Los esclavistas estaban extrañados porque algunas cosas que antes hacían ya no les resultaban fáciles y veían que , sin saber cómo ni porque, todo estaba cambiando. Presagiaban el final de su dominación y por ello ya habían planeado otras misiones en otro lado del universo.