Devorando asfalto
Son las 6:30 de la tarde es miércoles, la tarde era calida y despejada, pero en este momento las nubes se han cerrado, el cielo se ha obscurecido y el viento ha comenzado a soplar. Incluso han caído algunas gotas de lluvia, talvez vuelva a llover, en esta época del año llueve casi a diario.
Sentado al abrigo de una calida casa, a esta hora del día se puede ver con perspectiva aquello que ha sucedido durante el día. La mañana comenzó fría muy nublada, pero es día para entrenar, no puede prorrogarse por una simple lluvia. Se preparo muy bien, con la ropa adecuada, reviso su equipo y todo estaba perfectamente. Antes de salir un desayuno ligero y después; el inicio de la aventura cotidiana.
Recién empieza el camino y la lluvia ya anuncia su llegada, las primeras gotas se suceden unas tras otras incrementando su ritmo y de repente cual explosión comienza un verdadero aguacero. En estas condiciones manejar se hace algo difícil, el vapor que despide la lluvia en su apogeo nubla la vista, la gotas se sienten como piedras que caen en la espalda, definitivamente es la mayor de las bendiciones. Estar bajo estas condiciones, te hace sentir muy frágil y a la vez muy poderoso. La gente común no suele hacer esto, es muy peligroso y el miedo a pescar un resfriado se hace patente, -pero ese no es tu caso- estas en tu elemento. A final de cuentas eres de una especie distinta de los humanos, porque a pesar de que sientes miedo como cualquier humano, el miedo esta adentro de ti, por fuera eres una fortaleza, un ser frío y duro que no teme a nada. Ni siquiera a morir.
Sentado en su cómodo asiento, pensando en los suceso del día, siempre esta presente el miedo a la muerte. La muerte que no se hace presente cuando estas ahí en el camino, pero por algún extraño motivo se hace presente al final del día. Es como si una vez que puedes sentarte con tranquilidad a pensar, llegase y te advirtiera que anda rondando tu camino. Esta vez su benevolencia te permitió seguir un día mas con vida, y al mismo tiempo te recuerda que siempre puede cambiar de opinión. Tu posición no es muy buena, pero esa misma sensación es lo que te hace sentir vivo ¿Qué mejor que exponerse al peligro para sentirse vivo? En la búsqueda personal, el peligro siempre es un camino atractivo, te hace olvidar y dejar de pensar. Todos tus sentidos están alertas al presente, a ese instante, y por otro lado, piensas en como reaccionaste, y te imaginas muchas cosas que pudieron pasar y que no pasaron. Que tal sí… ¿Qué tal sí aquel camión te hubiese golpeado? o ¿Si te hubieses salido de la curva con esa velocidad? ¿Y si algo se atraviesa en su camino? ¿Qué hubiese pasado? Pudieron pasar muchas cosas, pero no fue así, los temores no son infundados. Hoy fue un buen día y todo salio perfectamente pero no siempre es así, ha habido algunos días malos. Como la vez que quiso saltar y solo recuerda el impulso del despegue, después despertó tendido en el pavimento afortunadamente a su lado estaba su mejor amigo con una cara de terror, preguntando por su estado. Cuando al fin despertó por completo, vio a su cuerpo maltratado, su rostro lleno de sangre y entonces pensó que estaba soñando, que eso era un simple sueño, un mal sueño, eso no podía sucederle a él, es más ni siquiera sentía dolor, así que no podía tratarse de él, y al pasar los minutos su cuerpo comienza a reaccionar y sus sentidos se inundan de dolor, ¡¡upsss!! Creo que es más que una simple pesadilla, pensó. Y como esa, muchas historias mas, pareciera que es de plástico, que no siente dolor. La gente piensa que se debe a su naturaleza, simplemente no es humano. Lo que la gente no sabe es cuanto dolor siente por dentro, pero no va a ponerse a llorar por un par de huesos rotos, así que sigue adelante. Hoy fue un gran día.
Regresando ala carretera, definitivamente la lluvia es una sensación especial, su cuerpo esta totalmente mojado, pero la excitación del momento lo mantiene caliente. Ha decidido ir más rápido, siente como las gotas de lluvia golpean su rostro, los lentes están nublados por el vapor que emana su cuerpo, por lo que es difícil decidir si los mantiene en su lugar. Finalmente decide simplemente retirarlos por un momento, el viento los envuelve y el vapor se condensa. El terreno es llano, hay campos de maíz en los costados, y los brotes recién comienzan a crecer. Puede ver a lo lejos como se extienden los campos de un verde tierno, con plantas indefensas a merced del viento, la lluvia y los elementos. Pero no hay tiempo para detenerse a contemplar el paisaje, tiene que continuar. Las gotas de lluvia tiene la particularidad de ser dulces y al chocar con la lengua se produce un cosquilleo muy excitante, eso aunado a la lluvia, la velocidad y el cansancio crean una particularidad que solo puede ser descrita como la plenitud del placer que produce el estar vivo ¿Qué podría ser mejor? supongo que se trata de placeres sublimes de distinta naturaleza Es una postal para recordarse, en ese momento el terreno comienza a cambiar y las pendientes comienzan a hacerse presentes. Tendrá que reducir la velocidad, pero no en esta colina, esta tiene subirla con gran velocidad.
Bienvenidos a su majestad la montaña, algún cronista decía que la montaña separa a los niños de los verdaderos hombres, y yo diría que es muy cierto. La montaña impone sus condiciones -sigue lloviendo- la subida no es peligrosa aunque lo será al bajar, pero en este momento se ocupa de subir, ya se preocupara de bajar. Ahora comienza a sentir el rigor de la montaña, lo que le obliga a usar una velocidad aun más comoda, pero no reduce su ritmo. Su corazón comienza a latir más rápido, y el camino sinuoso parece que nunca terminara. Sabe perfectamente que no debe pensar en cuanto falta, porque es un desgaste psicológico contraproducente, cada curva que libra es una conquista más, y a cada metro se esta mas cerca de la cima. En este momento se agradece una lluvia refrescante, no siempre es tan afortunado, la mayoría de las veces es bajo el cobijo del sol, las fuerzas lo abandona mas fácilmente. Pero esta vez se encuentra bajo el manto de una dulce y refrescante lluvia.
Los días difíciles han pasado ahora se siente cómodo en la montaña, ya no sufre tanto, ahora puede disfrutar de las penas pasadas al principio del año cuando su condición no era tan buena y sufría mucho en las cuestas. Ahora puede ir con un paso veloz, lleno de cadencia y a buen ritmo. Las personas que pasan en sus autos protegidos de los elementos lo miran con extrañeza. Piensa que lo miran de dos formas; o lo miran admirando su fortaleza y determinación por andar a ese ritmo bajo las circunstancias presentes, ó simplemente piensan que se trata de un loco que quiere pescar un resfriado. El piensa que en realidad es una mezcla de los dos, también es cierto que lo que ellos no saben es que es mucho mas afortunado que aquellas personas que pasan dentro de sus autos protegiéndose de por vida de todo, de vidas vacías, tratando de llenarlas con protecciones para mantenerse a salvo de todo. Para el son seres inferiores incapaces de exponerse a la naturaleza y dejarse llevar por sus sentidos, para el ellos no están vivos, solo son fantasmas en la carretera, seres que lo miran de la misma forma que miran a su televisor. Una imagen vale más que mil palabras, pero una imagen no muestra las sensaciones que experimentan los individuos, y solo la experiencia puede mostrar ese mundo oculto.
A estas alturas del camino, los campos han quedado atrás, y comienzan a aparecer a lo lejos las cimas de las distintas montañas que rodean el paisaje, entramos a territorio de gigantes, este es un lugar poderoso. Puede sentir su fuerza, la grandeza de las montañas que no se inmutan ante los elementos, que mas da si llueve, ó neva, ó si hay sol, ó esta nublado, ni que decir del viento. Para estos gigantes los elementos son parte de ellos mismos, son una característica inherente. Se siente inferior a estos seres que imponen su grandeza, y si bien le inyectan parte de su grandiosidad por el simple hecho de estas ahí, también lo atemorizan, la naturaleza en su elemento es lo que mas se asemeja a estar frente a dios, -en realidad no es creyente pero le gusta pensar que esa idea de dios es algo real, para él es un pensamiento romántico- S’i estuviese frente a ”dios” sentiría lo mismo -claro es absurdo-, pero es lo mas cercano que se encuentra de un dios. En realidad este es su dios, su dios la montaña, su dios la naturaleza sin presencia humana. Solo una línea de asfalto, que interrumpe, la perfección del lugar pero que es necesaria, ya que de lo contrario no tendría acceso a ese paraíso. En este momento el cielo parece cerrase mas y se obscurece, la lluvia no planea ceder, y el esta a medio camino. Piensa en regresar, pero eso significaría una derrota, habría sido derrotado por la montaña y sus elementos, solo queda continuar.
Sucede que todos los lugares cercanos a un volcán lo atemorizan, por una razón inexplicable. Los volcanes son la madre de las montañas, ya que son la máxima expresión de una montaña, una montaña viva. Si bien casi siempre pacifica y magnifica siempre guarda una amenaza latente, puede volcar todo su poder, y a él le parece que esto puede suceder en cualquier momento. Dentro de sus fantasías sueña que van marchando a gran velocidad y que a su alrededor caen trozos de piedra incandescente mientras el trata de escapar lo mas lejos posible. Es una simple fantasía, su fantasía de permanecer huyendo sin que nada malo le ocurra mientras continué moviéndose. Sucede que siempre que se encuentra cerca de estos lugares siente una ansiedad repentina y temor que se parece a una ligera migraña, permaneciendo casi invisible pero siempre al acecho. Es por ello que cuando anda cerca de estos lugares no puede evitar sentirse incomodo, esta más alerta que siempre. Siente que si bien, es poco probable que los trozos de lava comiencen a caer a su alrededor, siente que algo malo va a pasarle en cualquier momento. Inevitablemente reduce su velocidad, voltea a menudo para saber que es lo que hay a su alrededor y lo único que puede ver es un tupido bosque de pinos. Ese bosque misterioso es donde se esconde su temor que lo mantiene en guardia, solo se tranquiliza cuando regresa al camino llano que lo lleva de regreso a casa muy lejos de esa montaña. Es inevitable ir a ese lugar porque es un lugar excelente para poner a prueba sus fuerzas y sus habilidades, así que continuara yendo una y otra vez sin importar el peligro latente que envuelve a ese lugar. Cerca de casa hay un pequeño monte que alguna vez fue un volcán, ahora es mas bien una mina de arena, y su forma comienza a perderse, pero sin duda estando en ese lugar aun puede sentirse el poder que moldeo esas rocas.
La lluvia no para, y el cielo se torna más oscuro. La cima esta cerca, ya no hay vuelta atrás así que esta vez continua con mas ánimos, y piensa que no importa que tan mal parezca el panorama, la meta del día esta por completarse. En ese momento sus pensamientos cambian, ahora comienza a sentir una profunda felicidad desde lo mas profundo de su cansado cuerpo. Las fuerza que parecían estar abandonándolo ya parecen regresar. Las cuestas mas difíciles se han quedado a unos cuantos metros, el aliento perdido parece regresar. Es como si su cuerpo comenzase a encenderse de nuevo, incluso la lluvia no parece tan inclemente y la poderosa montaña ahora le sonríen y lo acogen cual niño encontrado después de haberse perdido de la vista de su madre. Ahora es benévola y le hace saber que esta complacida por haber llegado a la meta. Los últimos metros y el terreno finalmente es plano, las piernas sienten un gran alivio. Es un buen momento para tomar un respiro beber un poco de agua y sentirse el amo del mundo, en la cima del mismo. Esta vez consiguió su cometido, y ya es tiempo de dar vuelta y regresar a casa.
Al dar la vuelta ya no tiene que esforzarse por avanzar ahora el camino es suave y sinuoso, ahora es divertido, puede soltar volante y extender las manos, levantar la cara y dejarse acariciar por la lluvia. Ha pagado el precio, así que nada le pasara, el aire es ahora un poco mas frío, y la velocidad comienza a aumentar, así que se ve obligado a frenar, porque el camino esta mojado y bien podría resbalar. Trata de bajar con cierta seguridad pero ¡¡¡que diablos!!! -Vayamos rápido- piensa. Suelta los frenos, y deja que la gravedad haga su trabajo, comienza a acelerarse suavemente y pronto alcanza una gran velocidad. Ya adopta una posición más aerodinámica, esto es excitante, bien sabe que en este momento cualquier error podría costarle la vida, con la lluvia los frenos no funcionan, solo te sacuden pero no frenan. Pero eso no importa, él se sabe inmortal, nada le pasara y toma las curvas a gran velocidad, mientras siente como la inercia lo jala hacia el precipicio. Lo ve pasar muy cerca, casi sale del camino, pero eso no paso, eso no pasara hoy. Sin embargo no por eso dejo de apretar los dientes a media curva cuando sintió que no lo lograría. Después baja la velocidad, voltea y siente que estuvo muy cerca. Que más da, hoy es el amo del mundo, hoy esta bajo la protección de su majestad la montaña, así que no se preocupa mucho. Una vez mas la montaña muestra su complacencia, manda a que el viento retire a las nubes y aparece el azul del cielo con tintes rojizos, como si se tratase de una resurrección después de estar ausente durante la travesía. Su ropa aun esta mojada y la velocidad hace que el viento enfríe rápidamente su cuerpo. No hay mas remedio que temblar, apretar los dientes en las curvas y mantener las manos ligeras para conducir con precisión, no es el lugar ni el momento adecuado para cometer tonterías.
El camino sigue mojado pero disfruta de los calidos rayos solares de la tarde, que agradece al tener el cuerpo congelado, las piernas también se han vuelto rígidas, y cuando se termita el camino inclinado, es difícil marchar. Poco a poco comienzan a despertar de su letargo, y la velocidad comienza a aumentar. La alegría y la sensación de realización no podrían estar en un punto más alto. Después de todo, definitivamente pertenece a una raza distinta, capaz de realizar cosas que están fuera del alcance de un simple humano, y es sumamente feliz. Que más da que su cuerpo este deshecho de cansancio, con hambre y frío. Sabe que en cuando llegue a casa después de una buena comida y un buen baño su cuerpo le cobrara factura. Eso no importa, eso no importo en la mañana fría, nublada y lluviosa, tampoco importo a media montaña cuando el cielo se obscureció y la lluvia arrecio, eso no importa nunca. Es el precio que pagas por la vida que eliges, siempre hay un precio sin importar a que se dedique, siempre tienes que intercambiar algunas cosas por otras. Lo importante es lo que sientes cuando estas haciendo lo que decides hacer, en eso radica el principal poder de la elección, lo que hace que todo lo que haces, sea lo mejor que se puede hacer en este mundo tan especial.
De regreso en su calido refugio, después de recobrar fuerzas, el cuerpo parece más débil que nunca. Camina con lentitud, cuidándose de no hacer movimientos bruscos. Esta sentado mirando a la ventana, parece que volverá a llover, sin embargo fue una bella tarde soleada, el olor a tierra húmeda inundan sus cansados pulmones. El viento ya anuncia el comienzo de la lluvia nocturna, es tiempo de pensar en lo que paso. Se siente tan aliviado de no estar ahí, expuesto a los elementos, ahora puede comprender a los humanos, en busca de seguridad, pero indiscutiblemente fue el mejor día que podía tener, no hay mas que respirar y estar feliz. Mañana será otro día donde podrá regresar al camino.
Es tiempo de dormir, la tarde ha pasado rápidamente y ahora solo desea descansar, pero eso no es fácil. Le es difícil conciliar el sueño con tanto cansancio, trata de apoyar la cabeza con la almohada pero esta le resulta incomoda, la hace a un lado y entonces siente que necesita apoyo. La ropa también es incomoda e insoportable, fuera ropa, solo una ligera sabana cubre su cuerpo. Sin importar que posición elija para dormir cualquiera resulta incomoda, los pensamientos se cruzan, ahora puede verse así mismo cabalgando por las montañas lejanas, puede fantasear con sus fuerzas, pero también se cruzan sus temores en una mezcla que va del terror al éxtasis, hasta que finalmente se queda dormido.
Es tiempo de despertar, -hoy no-, piensa. Finalmente después de varios intentos decide levantarse. Pero cuando decide mover su cuerpo, este se niega, ahora es pesado, y a cada movimiento produce dolor. Es difícil caminar, no es un dolor concentrado, siente dolor en todo el cuerpo, en el cuello, la espalda, los brazos, incluso los dedos, y por su puesto el tren inferior, pero no hay vuelta de hoja. Hay que levantarse y cabalgar de nuevo por el camino. Que difícil le resulta pensar en que apenas puede moverse y tiene que volver al camino. Prepara nuevamente, tal como todos los días, todo lo necesario para andar por el asfalto, abastecimiento, refacciones, equipo, todo esta listo.
Hoy no es día de esforzarse tanto, hoy, como diría su viejo entrenador es día de salir a aflojar el corazón, es decir, salir a dar una vuelta a paso cómodo para que el cuerpo se recupere después de la travesía anterior.
Es todo un placer recorrer los caminos, pero lo es más acompañado de un buen amigo, entonces el recorrer kilómetros y kilómetros se hace más agradable. Y ahí esta su mejor amigo esperándolo, sentado mirando hacia el camino, pensativo, casi inmutable, hasta que finalmente arriba, entonces su cara se ilumina con una sonrisa, y después del saludo, parten. Hoy es día de platicar, durante muchas horas, recorriendo muchos kilómetros, platicando de todo y de nada, de sus respectivos amores, de bicicletas, de rivales, de experiencias pasadas. Han recorrido miles de kilómetros juntos, y siempre hay algo de que conversar. Últimamente han pasado tiempo entrenado solos, debido a que son corredores de distintas características, con distintos planes de trabajo, y solo cuando es posible andan juntos, devorando asfalto. Obviamente como buenos amigos, no podían dejar de atacarse, de saber cuan fuerte es uno y otro, y esas oportunidades de medir fuerzas nunca se desprecian, pero solo por unos cuantos kilómetros después dejan la competencia a un lado. Es tiempo de sentarse en una tienda lejana, y sentarse a comer una excelentes chetos. Platicando de todo y de nada, la amistad es uno de los mayores bienes que los seres humanos poseen. Ambos han pasado tanto tiempo en la carretera que se conocen perfectamente, saben como reaccionaran en cada situación, si sentirán miedo, si se rendirán, si atacaran, o si permanecerán al frente del grupo, porque solo se puede conocer a las personas cuando se pasa tiempo juntos, especialmente si se trata de situaciones extremas. Cuantas jornadas han pasado, deshidratándose al calor sofocante del sol de abril, o congelándose en la montaña, sin agua a muchos kilómetros de casa, sin fuerza, y también en momentos de triunfo, en que los esfuerzo se ven recompensados, eso es definitivamente lo que hace conocerse a las personas.
Es tiempo de regresar a casa, el cuerpo parece recuperarse, los ánimos son buenos, y así transcurren un par de días, en los caminos. En realidad, es una vida difícil y dura, llena de incertidumbre, el riesgo parece ser la única constante, el futuro incierto lleno de metas por venir y con un profundo miedo al fracaso. Pero es la mejor vida que puede imaginar.
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