Después de inspeccionar hasta el último rincón de sus bolsillos, voltearlos y revisarlos de nuevo, tantear todo su cuerpo, volver a revisar sus bolsillos desde afuera y volverlos a voltear, se dio cuenta que no lo tenía.
Bajando las manos, tras una honda inspiración, le dijo a su compañero:
-No hay forma de encontrarlo, se ha perdido para siempre, y con el mi única oportunidad- con un ademan de resignación, se sentó cruzando las piernas, y apoyó su espalda contra la pared.
- ¿estás totalmente seguro que has buscado bien?- le dijo su compañero mirándolo incrédulo.
-¿Prefieres buscarlo tú?, ¡Mierda! , si no vas a decir nada bueno, mejor no digas nada. No ayudas en nada, claro que lo he buscado bien, lo había dejado en mi bolsillo, si no está ahí, no está en ningún lado – Puso las manos sobre su cara y continuó- yo sabía que no tenía que ponerlo ahí, es mi culpa, todo es mi culpa. Además nunca debí esconderlo, tendría que haberlo entregado desde el principio, estaba listo entonces y estoy listo en este momento, solo que ahora ya no lo tengo, se ha perdido para siempre, y con el mi única oportunidad
-no te preocupes, a ellos no les importa si lo tienes o no, puedes unirte a ellos sin tener que darles nada.- dijo su compañero mientras le colocaba la mano en el hombro tratando de consolarlo.
-Si lo tuviera ellos igual me lo quitarían. No piden nada porque ellos te quitan todo. No me voy a unir a ellos, y tú tampoco deberías. Ellos solo te aceptan porque te quieren generalizar, yo no quiero ser generalizado.
-Ellos no te quitan la individualidad, si tú te despersonalizas es cuestión tuya.
-Eso es lo que te hacen creer, pero para unirte a ellos, tienes que entregar todo, no eres el mismo de antes una vez que te unes a ellos.
Su compañero le quitó la mano del hombro y se alejó lentamente. Empezó a deambular por la habitación, cabizbajo, arrastrando los pies tratando de no dejar pasar ningún centímetro sin explorar. Al llegar a la puerta, se detuvo, la observó tratando de descifrar algo, hizo un gesto para abrirla, pero se arrepintió, y dijo de espaldas:
-si no lo encuentras los otros no te aceptaran, y te quedaras solo.
- tengo miedo de quedarme solo, pero solamente por haberlo perdido. Vencer el miedo a estar solo fue lo que me sirvió para encontrarlo la primera vez, tal vez ese miedo ha regresado y por eso se lo he perdido.
-no es importante porque se perdió- dijo su compañero en tono autoritario mientras se acercaba de nuevo a él- el problema es que no lo tienes, no lo tienes y sin eso los otros tampoco te aceptaran, aun no lo entiendes, en el fondo son todos iguales, ellos y los otros, solo que los otros te exigen mas, es mejor conformarse con ellos, siempre ha funcionado, a ti, a mí y a todos los demás.
- Solamente ha funcionado porque los otros no existían, y no había nadie que les quite el poder a ellos. Estoy seguro de que los otros van a dominar pronto, le quitaran el poder a ellos y todo será mejor, yo quiero ser parte de los que producen el cambio, no quiero que me cambien, pero tienes razón, sino lo encuentro los otros tampoco me aceptaran y al final no seré parte de nada.
- Ellos no se van a ir tan fácilmente, van a pelear, son más que los otros, de seguro les van a ganar.
- No hace falta que los otros peleen. Ellos son un sistema que ha perdido la capacidad de evolucionar, muy pronto caerá en entropía permanente y se va a autodestruir, sin necesidad de una batalla. Cuando eso pase, los otros tomaran el poder y cambiaran todo para bien.
- Y cuando eso pase, lo otros se convertirán en ellos, y todo volverá a ser como antes. Siempre es igual, llegan unos tratando de obtener el poder para cambiar las cosas, llegan al poder y el poder los cambia. Después se repite el ciclo y a nadie le importa, lo naturalizan para legitimarlo y pensar que es algo inexorable, que siempre va a ser igual, y en el fondo tienen razón, es mejor no pelear, no se puede ganar.
-Si todos pensamos así, es verdad que nada va a cambiar. Por eso quiero unirme a los otros, se que si lo encuentro y me uno a los otros, puedo cambiar las cosas desde adentro.
-Tal vez tengas razón, pero tú mismo lo has dicho, se ha perdido para siempre, y con el tu única oportunidad.
Las palabra de su compañero robaron la poca esperanza que habían ganado durante la conversación. Se quedaron en silencio esperando, habían caído en un estado de indefensión que les impedía seguir discutiendo. De repente, un estruendoso golpeteo llegó desde la puerta.
-¡Son ellos!- dijo asustado- vienen por nosotros. Es mejor no tomarlos en cuenta, si no le hacemos caso, pronto se irán.
-Discúlpame, no quiero traicionarte, pero creo que mejor voy con ellos-dijo su compañero mientras miraba la puerta-si no lo hubieses perdido sabría que existe una oportunidad, pero ya nada va a cambiar y estoy muy cansado para luchar por una causa perdida.
-No te puedes rendir- le dijo tomándolo del brazo- irte con ellos significa resignarte, significa estar de acuerdo, aun no es tarde para encontrarlo, tal vez me equivoqué, debo haberlo dejado en otro lugar, lo voy a seguir buscando, y lo voy a encontrar.
-Es lo mismo. Aunque lo encuentres lo entregaras a los otros, y si los otros toman el poder, el poder los va a dominar ,borrara las razones fundamentales para mejorar las cosas, y poco a poco empezaran a repetir la historia, si no lo encuentras y los otros toman el poder, ellos ya no existirán y los otros no nos aceptaran ,no seremos parte de nada- se sacudió el brazo que lo agarraba y caminó directo hacia la puerta.
-Te ruego que no te vayas- le gritó, pero su gritos no encontraron oídos, su compañero se había marchado.
Se quedo ensimismado mirando la puerta entreabierta, una corriente de viento la golpeó y la cerro, el ruido lo saco de su trance y se dio cuenta que ya era de mañana y no había podido dormir en toda la noche. Mientras se preparaba para dormir, al quitarse los zapatos algo cayó al suelo, se agacho para mirarlo y se dio cuenta que había encontrado lo que buscaba. Al principio no podía creerlo, pero al caer en cuenta de que era de verdad, en lugar de felicidad, lo asalto un duda, tenía que decidir cómo usarlo sabiamente y no sabía cómo, estaba demasiado cansado para poder pensar así que decidió dormirse y soñar con la respuesta.
Cuando se despertó a la mañana siguiente, la respuesta se había manifestado y lo llenaba un sentimiento de triunfo que mitigaba el hambre que sentía, había decidido quedárselo, no entregarlo a los otros ni dejar que ellos se lo quiten, sabía que para producir un cambio duradero, no podía entregarlo a alguien más, el debía usarlo hasta alcanzar el poder, después de eso, tendría que destruirlo.
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