Eva, una joven empresaria dejaba su ciudad natal para dirigirse a un pueblo pequeño y pintoresco. Se había mudado de ciudad por motivos laborales, su pequeña floristería no le proporcionaba ingresos suficientes como para mantenerla, por lo que al darse cuenta que la única floristería de un pueblo cercano había cerrado, decidió ir a probar suerte, y gran suerte logró, pues todo el pueblo se adornaba en flores a punto de marchitarse, una floristería era el negocio perfecto para tal lugar y Eva no dudó en abrir su tienda con toda clase de plantas ornamentales para llenar de color las casas de aquellas amables personas que corriendo se terminaron la venta en un santiamén.
Luego de un mes viviendo ahí, vio a una niña jugando en el pórtico de la casa de al lado, pero Eva nunca había visto a tal niña antes -Será una visita- pensó. Por la tarde, la niña sacó una regadera y se dirigió a la parte trasera de la casa, Eva, con un poco de curiosidad sobre qué iba a regar, la siguió con la vista hasta que se perdió en un espeso huerto, cuando la niña se hubo adentrado Eva observó una gran luz como de fuego y corrió hasta el huerto inmediatamente, cuando se acercó a la luz, encontró a la niña observando una extraña planta, ya no había fuego y la luz se había desvanecido. La niña, sin volver a ver al rostro de Eva, adivinó su preocupación y le dijo tranquilamente -Descuida, sólo riego mi flor del paraíso-.-¿Flor del paraíso?- Preguntó Eva, -Sí, ¿no es bonita? ¡mientras más la riego más hermosa se pone cada día!- Dijo la niña muy alegre -Me voy, si quieres puedes verla- Dijo la niña y se fue danzando hacia la casa.
Eva vio la planta por unos segundos, era horrenda, de un color gris combinado con un tallo marrón y seco que apenas la sostenía, era como una larva a punto de salir, ésto asqueó Eva, pero no disminuyó su interés. Antes de dedicarse a la floristería, estudió botánica en la universidad, pero su situación económica le impidió continuar. Sacó todos sus viejos libros, en especial, uno antiguo que su profesor favorito le había regalado. "Investigaciones y acontecimientos recientes del reino Plantae por el doctor Miguel Blanco.". En el libro se encontraba un pequeño apartado sobre la misteriosa flor del paraíso:
LA FLOR DEL PARAÍSO.
Hace dos años, en las profundidades inexploradas de la isla de Nuntio, un pequeño grupo de biólogos se puso por misión peinar la zona mas profunda de la zona con la intención de repetir la hazaña del Fray Tomás de Berlanga en las islas galápagos, encontrar nuevas especies de animales desconocidas por el hombre. Sin embargo, dichas criaturas no se mostraron, ya que la isla parecía estar habitada solamente por cangrejos terrestres y unos cuantos reptiles ya muy bien conocidos. Pero el Doctor Adam H. y su equipo encontraron algo que les llamó más la atención, una extraña planta grisácea y características extrañas como espinas espirales y hojas pteridófitas. Parecía el único descubrimiento que harían, así que el doctor decidió fotografiarla y tomar medidas de ella, luego de la recaudación de información básica que sería transmitida a un especialista, una miembro del equipo comenzó a acariciar la planta suavemente, con miedo de apelmazarla, cuando la sorpresa iluminó sus ojos; según dicen, la planta se abrió dando a conocer sus hermosos colores y cada pétalo emanaba una luz multicolor como si viniera desde el centro atravesando un prisma, pero ésto no sería todo, el doctor dijo que antes de alejarse de ella, creyó oír un canto adentro de la flor. ¿Porqué alejarse de tal semejanza natural sin siquiera captarlo en fotografía? Según todos los miembros del equipo del doctor Adams, el hedor que despedía la planta era exageradamente insoportable, sólo él pudo mantener los ojos abiertos por más de cinco segundos ya que los demás se sintieron irritados por aroma inesperado, una vez se alejaron todos, la flor se cerró. El equipo marcó el área y buscaron su campamento para traer los instrumentos debidos para su estudio, pero cuando regresaron, la flor ya no estaba.
Muchos piensan que todo fue una alucinación causada por alguna clase de toxina liberada por la extraña flor, lo que explicaría la ausencia de vida animal en la isla, pero su completa desaparición sigue siendo un misterio. El doctor Adams decidió llamarla "La flor del paraíso" según él, dejando un lado el hedor, en esos cortos se sintió "como en el cielo".
Luego de leer esto, Eva no pudo pensando cómo la niña se había hecho de semejante reliquia, al día siguiente, muy temprano por la mañana se disponía a tocar la puerta de la casa de al lado y cuestionar a la pequeña, pero saliendo de su casa se la encontró camino al huerto, la niña tenía su mano extendida, como invitándola y dulcemente dijo -Ven, sígueme-. Eva corrió detrás de la niña quien llevaba su regadera en la otra mano, llegaron hasta la flor y antes que Eva pudiese preguntar algo, la niña ya admiraba su planta mientras le cantaba una canción para animarla. -Dame tu mano- dijo a Eva, quien como hipnotizada por la mirada de la pequeña, tomó su mano, la niña dirigió la mano de Eva hacia la flor y comenzó a acariciarla, la flor comenzó a abrirse lentamente y Eva al sentir su peste intentó escapar pero la fuerza que la mano de la niña tenía sobre ella era sobrenatural y no dejaba que huyese. La planta mostró sus pétalos de colores y tras un espectáculo magnífico de luces arcoíricas comenzó una lluvia de pétalos blancos que reflejaban la luz que emanaba desde la planta. Cuando ésto ocurrió, ya no sintió el olor nefasto, sino un perfume maravilloso, dulce y suave. Para finalizar un canto finísimo se escuchó desde el estambre, la misma canción que la niña cantaba, como de memoria.
-Me llamo Ángela- dijo la pequeña- Y ésta es mi planta, no la tomé de ningún lado, pues mi padre me la trajo desde muy lejos. ¿Sabes porqué se llama flor del paraíso? Porque aunque tú no entendiste la canción, el doctor Adam sí, y la canción dice: "Soy como el cielo y la tierra prometida, que por fuera ante sus ojos soy detestable, soy muerta, soy inútil, pero para aquel que no tiene miedo de mis espinas afiladas y de mi aroma no huye ni se espanta, a éstos les revelaré que soy dulce y sin igual, ni la reina de todas las flores se podría jamás comparar con mi belleza eterna, que las demás plantas bellas se cecan y pudre, yo soy eterna, no necesito agua, la doy, no adorno palacios ni grandes jardines, sino me clavo en el corazón para regar mis beneficios, así es el cielo y la tierra que están pactados desde tiempos inmemorables"
Luego de ésto, Eva terminó sus estudios de botánica y como tesis final presentó "La flor del paraíso" Una planta que segrega agua cien por ciento pura de su raíz, y que cuyas hojas son medicinales y cuya savia era capaz de limpiar la sangre. |