Abrumante,
meditabundo sonido insonoro,
que deja mi piel ardiente de pasión
sedienta de tu sudor,
de tu sudor escurridizo,
escurridizo por cada curva de tu cuerpo,
sediento de ese placer blasfemo,
que incita a las masas
a delirar,
por lo prohibido
por lo cohibido
por lo escondido.
Besar cada recoveco,
desahuciado y entregado a tu insistir,
insistir que me deja sin opción de meditar,
de rechazar,
de caer en lo más bajo de tus instintos,
de tus acechanzas,
doma mi placer con tu instinto maquiavélico.
Sucumbo ante ti,
ante tu mirada,
ante tu sonrisa,
ante tus caricias escondidas,
escondidas de las miradas fulminantes,
déjame esbozar tu cuerpo con mis besos,
ese cuerpo esquivo,
por el tiempo,
por la prisa,
por el miedo.
Dame de tu lujuria,
de tus deseos escondidos,
deseos reprimidos,
tu mentira es mi mentira,
camuflajeada en medio de la nada
desnuda sobre mí,
sobre lo prohibido,
dame de tus ansias
sacia tus vacíos,
vacíos carnales
vacíos sexuales. |