Utopía de una mujer

Tan sólo y al menos un hombre puede llegar a pensar mientras desplaza sus manos sobre los hermosos cabellos dorados de su amada.
>>Dilatadas pupilas llorosas, esencia egregia de mi existir, que entran directamente, absortas de un placer celestial, en un contacto feroz con mis ojos color café. Mi cuerpo se plaga de pasión al verte
>>Nuestras pieles tiemblan sin control por el tabú existente dentro de la recóndita alma del cuerpo. Se me es difícil, no puedo, controlar aquella lluvia de besos la cual descargo sobre tu piel blanca y lozana en la penumbrosa habitación donde nos hallamos.
>> El sol apenas es un grano de arena cuyo resplandor jamás se interpondrá en lo que siento por ti. No sé que siente por mí. No obstante, es en esos breves instantes de algarabía cuando me transformo de un hidalgo senil a un juglar jovial quien toca la más hermosa rapsodia de cuyo conocimiento intuye aquel sentimiento compartido. Cuan poco me importa la veje, el sufrimiento y la alegría. Sólo sé quien me importa eres tú.

La mujer sabe responde a esa persona de una forma más clara y sin rodeos en lo más profundo de su corazón y su vez de velar por cada respiro de la vida de su ser amado.
>> Te amo


Utopía de un hombre

CENSURADO

Daniel Gutiérrez Carrasco