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Un día creí que se ensaño contra mí,
que me acechaba como un león a su presa,
pues me sentí preso de el… preso del destino,
no encontraba paz ni allá ni aquí,
esta es mi palabra que un sentimiento versa,
de un pasado sin héroe ni asesino.
Pero… me di cuenta que ante todo
guardaba mi felicidad
y me la en el mejor momento,
en ese instante que estaba muerto de algún modo.
De tantos países del mundo nací aquí,
en un lugar que está escrito en el libro de mi ventura,
de tantas mujeres, te elegí a ti
para que vivas en mi corazón
y aun mas grande es mi felicidad
porque de tantos hombres
elegiste este bohemio para amar.
Esta es nuestra providencia
y claro está, que nacimos del uno para el otro,
nos cruzamos por el mismo sendero
y no fue nada por suerte
y me di cuenta que nosotros hacemos al destino.
Un millón de corazones en esta ciudad
y fue que tu corazón escogí
y me enamore de ti;
tantos mortales queriendo ser dueños de tus besos,
caricias, abrazos, alma y calma….
pero me diste a mí la llave para entrar a tu corazón
y ser dueño de todo lo que eres tú.
Nuestros padres nos engendraron,
crecimos, nos conocimos, nos amamos
y contra todo y todos luchamos;
dudamos, quizá odiamos,
pero seguimos amándonos
y es a lo alto que nos llevara este amor
porque tú naciste para mí
y yo nací para ti.