| Nació en esta ciudad de Lima el 4 de octubre de 1835, el era un exquisito poeta y empedernido bohemio, fue un activo colaborador de cuanta publicación se hizo en esta capital, también era extravagante y muy pulcro, tenia correcto y delicado estilo en sus composiciones.
 En 1872 colecciono en un voluminoso tomo de 600 paginas, toda su producción poética reunida en 20 años y fue muy aplaudido por la critica, que celebro muchas de ellas como esplendidas, también cultivo la poesía dramática y en los últimos años de su vida dio al publico su “Antíoco” drama encuadrado en el mas riguroso clasicismo.
 
 En 1876 viaja a París victima de una gravísima enfermedad al cerebro, poniéndose al cuidado de un celebre medico, mas todas las medidas y los recursos de la ciencia dieron un resultado desconsolador por lo incurable.
 
 El 22 de julio de 1881 lejos de la patria y en la más completa locura, dejo de existir el más culto de los poetas de su tiempo, los restos de clemente althaus reposan en el cementerio de P. la Chaise.
 
 
 A LIMA
 
 Aquel que a la coyunda, bellísima
 Doble de pesares la cerviz
 Vuele a tu elíseo venturoso clima
 Y a ser en breve tornara feliz
 
 En el fulgor que en ti duplica el día
 En tus templados vientos y aura pura
 Resplandecer parece la elegía
 Y el placer respirar y la ventura
 
 Jamás de negras nubes se reviste
 Tu cielo, cual zafir, limpio y sereno
 El relámpago rojo nunca viste
 Ni te asusto el rumor del ronco trueno
 
 Ni te hirió flamígera saeta
 La divina justicia vengadora
 La tempestad tu atmosfera no inquieta
 Ni tu dichoso cielo nunca llora
 
 Ni amortaja jamás escarcha o nieve
 Tus bellos campos, el invierno frio
 A entrar a tu comarca no se atreve
 Y en ti tiempla sus llamas el estío
 
 Y, cual del hombre en la mansión primera
 En ti, retrato fiel de ese pensil
 En el año perpetua primavera
 Es cada mes un renovado abril
 
 Conforme en ti a su nombre, ancha laguna
 Mas semeja el pacifico que mar
 Y la luz tan serena de tu luna
 El brillo igual de la luz solar
 
 Nunca mas tarde en ti raya la aurora
 Ni más temprano se despide el día
 Ni a su claro rival usurpa una hora
 Jamás la tenebrosa noche fría
 
 Fecunda madre de beldades eres
 Que la fama doquier canta y pregona
 Y ceden a tus mágicas mujeres
 Las bellas georgianas la corona
 
 Que corazón abra tan cauto o duro
 Que la preciosa libertad redima
 De sus ojos que al sol dejan oscuro
 De la gracia sin par que las anima
 
 La flor de España, la feliz Sevilla
 Por secular proverbio decantada
 La altiva frente a tu beldad humilla
 Con sus hermanas Córdova y Granada
 
 Al largo cielo en fin eres deudora
 De tan sin par beldad, de tanto bien
 Que de toda ciudad reina y señora
 Fueras, oh lima y verdadera edén
 
 Si el ruinoso tremendo terremoto
 No te viniese a visitar tal vez
 Solo mal que le aflige, justo coto
 Que Dios quiso poner a tu altivez.
 
 (De poesías patrióticas y religiosas)
 
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