Extracorporal



............musitando poemas
de refracción y ojeras .......


No teníamos rostros, todo era silencio,
los ángeles movían sus alas
para justificarse ante nosotros,
pues somos los habitantes
que moran y ellos los invitados.

El espejo sólo reflejaba
la luz de la magia nocturna
esa, que se posa en las oxidaciones minúsculas
y en las grietas húmedas de la opacidad
que acaban musitando
poemas de refracción y ojeras.

Se ha roto el silencio,
por una miríada de sistemáticas gotas
de minimalista caída y membranosa tensión,
hasta el sopor y la ensoñación me hacían vagar
descalzo, sin tocar suelo,
como un prostático de futuras incontinencias
en la casa de Miss Peregrine.

No, no es eso y se apagaron las palabras que oí,
las que se adueñan de mi noche, de los pasillos,
de la quietud latente y del silencio,
colibrí que vuela inmóvil en el cinematógrafo.

¡Qué poco color queda en mis sueños!

Unos balbuceos purificados me devuelven
a la corriente y al fluir del invierno,
a la anodina vida del trasnochado sorprendido.
No me levanté, sería alguien u otro
o lo inexplicable. No deseo nada,
sentí el pánico de lo intangible.

Anduve sin tocar suelo,
al verme sobre mi corporeidad y mi volumen,
consideré el miedo como opción válida. No luché,
no hallé respuestas, trato de olvidar y no lo consigo.


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Antonio © M. ( T i T o. M.)
14/Noviembre/2012
Nómada