En el espejo: tu ausencia. En el desorden de mis sábanas removidas por la impaciencia, tu ausencia. En tu risa hipotética. En un boceto inacabado de lápiz y polvo. En un retazo de sol, todavía en la ventana, tu maldita ausencia. En aquella promesa extemporánea agusanada por la desidia. En esa otra voz, ajena, desde el teléfono, tu irremediable ausencia.
Texto agregado el 14-11-2012, y leído por 210 visitantes. (2 votos)