Cuando me vaya, cerrás la puerta, bajás la cortina y te metés en la caja.
…bajo tierra, como absorta de tanto pensar…
Quédate ahí hasta que nos volvamos a ver.
Espero reencarnar pronto para poder exhumarte rápido.

Quieta y silente pero con rostro de reclamo a gritos.
Con las manos sobre el vientre,
Ebria de control,
Pesada por tanto estigma auto-inflingido
Jugando tarot con los gusanos
Y en duelo con tus párpados retorcidos… queriendo abrirse.

Esperame sin dejar escapar en gemido
Tras los hilos que unen tus labios
Sólo quédate ahí
Como absorta de tanto pensar….

No te atrevás a oler esa pestilencia a flores marchitas
Eso sólo te haría olvidar el olor a miedo
Que se impregna al entrar en esas cajas.

Yo voy a llegar;
Después de pasar por tantas vidas, a verte
Y me podés reclamar por tu dolor de espalda y por la oscuridad de tu lecho.
Y yo gentilmente voy a cortarte lo zurcido.

Cuando abrás los ojos de nuevo
Y hagás una búsqueda magra y todo lo que hallés
Tenga sabor a indiferencia, vamos a reír juntas
(Todo se vuelve muy grotesco cuando se está muy vivo)
Pero vamos a estar la una con la otra
Porque no podés morir sin antes aprender a hablar.

Vamos a burlarnos de la inmensidad desbordada
Y de el derrame de taciturnos que caminan por las calles
Todo siendo tan frío, todo siendo una esfera de desvelo.

Luego puedo llevarte a casa,
Aunque la puerta esté cerrada y la cortina esté baja…
Podemos hacer lo que nuestras mentes imberbes inventen
Porque somos dueñas vos y yo
De todos los gemidos
Y de todos los dedos de nuestras manos….

Juntas:
…Hasta quedarte como absorta de tanto pensar…