Eslabón que te perpetuas y me encadenas a la pulpa de su costa; relój que te fatigas y me encierras al paréntesis de sus horas; fuego que claudicas y me condenas al silencio de su cenizas; gota que tiritas y me obligas a la sed de sus briznas. Para nombrarte me inscribí en el pétalo de tu risa; para forjarte me ceñí a la cintura de tus islas. N© Tarija la Linda, Noviembre 12 de 2012
Texto agregado el 12-11-2012, y leído por 324 visitantes. (14 votos)