Cuando cesaron los aplausos se paró,
despacio se acerco a ella,
le tomo la mano y susurró
y juntos el padre y su princesa
iniciaron el baile de quince.
Texto agregado el 11-11-2012, y leído por 268
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El poder de las palabras suelen ser fotografías del alma que quedan tatuadas para siempre. Una muy buena descripción, lo demás corre por imaginación de cada uno de los cuenteros. Un abrazo aquí mis 5 latidos mauricio33