El sendero aparecido y ladeado
Se ha tornado blanco al paso
Del tropel de mofetas aterradas.
Los olores al entrelazarse
Con la luz caída,
Y con la mirada curva
De los abedules,
Piden las esteras rotas,
Cualquier cosa
Con la que envolver
El miedo a la evidencia.
El sendero deja caer
La confusión sobre
Los viandantes confundidos,
Y grita con voz quebrada
La cantinela maloliente,
Lo que puede mostrar,
Solo su voz traicionada.
Aguadulce, noviembre 2012
José María De Benito
Texto agregado el 10-11-2012, y leído por 123
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