Bitácora
Odisea, reencarnación 666 de la mentira,
emprende su enésimo viaje hacia la locura y el suicidio.
Detrás de su melena falsa y hermosa,
deja esqueletos y pieles de cobra,
muertas al querer matarla;
con cara de sorpresa,
sus lenguas bífidas como la de Dama apuntan a modo
de bitácora sus nortes de muerte.
Los cuervos, ajenos a la historia, degluten nuestras pieles
y vacían con gesto aburrido esas cuencas, ya inútiles,
cansadas de ver lo nunca visto,
agotadas de soportar ojos alucinantes,
visores eternos de la Vida que no será.
Olas con su canto de tsunamis diminutos,
evocan la Felicidad de mi futuro,
sin alimañas que sorban mi cerebro,
con amores en espera, deleitándome
en el limbo de ovejas que comen y cagan,
no temen la muerte, solo conocen el presente.
Cubriré mi cuerpo con sus lanas y seré uno más en la Vida Feliz,
con tu nombre, Odisea, en el cajón del olvido,
con mi vida en el armario carcomido que nunca se abrirá…
Aguilagris
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