Durante el reinado de los Reyes Catolicos (Isabel y Fernando) para quienes no los conozcan, (Encantados muchos gusto) son medievales pero educados.

Hechas las presentaciones proseguimos, en un pueblecito, en las profundidades de la meseta castellana a la altura de Toledo (legua más o menos) a las afueras, sobre una pequeña loma, rodeada de un frondoso bosque, atravesado por un caudaloso rio en invierno, en verano menos, estaba situado un monasterio de adustas piedras (ya en la epoca y estaba recien levantado) el monasterio era la santa morada de quince frailes Cistercienses y un hermano lego (joven recien llegado, bien parecido) todos muy humildes y piadosos dedicados a sus plegarias y a las labores de la huerta y pastoreo (esto último se lo habian encomendado al pobre lego), al frente de tanta santidad, bondad y piedad, estaba el Padre prior, hombre de mediana edad, de complexión fuerte, curtido por el sol, todo un ejemplar de Santidad.

En pleno mes de Agosto, en Castilla el calor es insoportable, Casilda la pastorcilla, como todos los días, pastoreaba su rebaño a orillas del río, con su juventud arrebatadora, una salud que le sobresalía por encima del ajustado corpiño (lo más parecido.... un corse actual, pero mucho más tosco), la piel bronceada por el sol, su pelo negro de brillantes ondas descansaba sobre sus torneados hombros, semi tumbada sobre una roca bajo un olmo, la falda remangada, dejaba ver hasta una alturá casi impia sus largas, fuertes y bien contorneadas pantorrillas, con los pìes metidos en el agua trataba de mitigar el sofocante calor, feliz y despreocupada canturreaba.

Absorta en sus fantasías juveniles, no escuchó el ruido de la maleza ferozmente aplastada, hasta que una especie de Gruñido, muy cerca de su oido tanto que el aliento de un enorme animal, negro y lobo (para los naturalistas) hizo que su negra y brillante cabellera, ondease al viento por unos segundos, presa del pánico de su garganta brotó un escalofriante alarido y sin pensarlo dos veces se lanzó al río.

El hermano Lego pastoreaba su rebaño a escasos 100 metros, cuando escuchó el desesperado grito de una mujer en apuros, corrió como alma que lleva el diablo hacia el origen del mismo, abandonando a su suerte cabras y ovejas que se alteraron momentaneamente, pero siguieron pastando como si tal cosa.

Cuando llegó, se encontró a Casilda empapada y tiritando, el lobo ya se había ido, ayudó a la joven a secarse y entre frote y frote, entre consuelo y consuelo, acabaron los dos por el suelo, y ya se sabe, la sangre joven y la proximidad hicieron el resto terminaron copulando como fieras hambrientas (que podían hacer?).

El Padre prior que todas las tardes meditaba tras un robusto y frondoso árbol, haciendo manualidades inspiradas en la visión de la bella casilda, fue testigo de todo lo ocurrido de principio a fín, pero el terror que le inspiró el lobo lo mantuvo paralizado.

Presa de los celos y la ira, denuncio el caso a la Santa Inquisición (organismo religioso muy de moda en la época, que se dedicaba a chamuscar a todo cuanto hereje, blasfemo, bruja, follador se le ponía a píe de hoguera) e ella la denunció por hechicería y brujería y a él por fornicador en horas de trabajo, con el agravante de perdida de 10 cabras y 15 ovejas de las que dió buena cuenta el lobo.

El tribunal que los juzgaba por haber sido pillados infraganti en pleno coito (además de lo expuesto anteriormente) trataba de determinar CUAL DE LOS DOS LA TENÍA DENTRO..................

Y el veredicto fue........................................ QUE LOS DOS ERAN CULPABLES.
LA BARBACOA ESTABA SERVIDA.