Me ahogó en agua salada, no estoy en el mar, no sé donde estoy. Quiero salir de aquí pero no puedo estoy atada a algo que desconozco y no puedo avistar. Tengo miedo. Sólo veo azulejos rotos, feos y viejos. Eran blancos, ahora no lo son. Tengo mucha ansiedad no puedo dejar de llorar, recuerdo como caían los ojos al suelo, ojos reales de seres reales, rebotaban y manchaban de sangre el oscuro gres. Mierda, quiero salir de aquí y no puedo. La taquicardia no me deja pensar. Suena la llave de una pequeña puerta que esta situada por encima de mi cabeza, es un cubo de agua salada. Joder me llega el agua al cuello. Lo recuerdo es él. Le arrancaba los ojos a todos. Los estaba atando y les hacía llorar, estaba recogiendo las lágrimas de mis seres queridos. Mi hermana fue la primera. Que estará pasando ahora. Habrán muerto todos me pregunto. El agua no me permite seguir respirando. Voy a morir ahogada en lágrimas. Las mías propias ya no brotarán nunca más. Distingo un ruido entre el propio de las burbujas de mi respiración final. Es él, lo veo a través del agua clara de las lágrimas de mis “te quiero”, se acerca y creo oírle decir yo también quiero regalarte mis ojos antes de que mueras y lo hace, se inca en el globo ocular la cuchará y sin regalarme ninguna lágrima caen sus ojos encima de mi rostro y mientras flotan en el agua, decido dejar de respirar y cierro mis ojos, estoy muerta.