Siento mi alma agobiada,
hoy te he perdido para siempre.
El destino,
me ha jugado una mala pasada.
Me encuentro abatido,
en lo profundo de mi alma…
Enfermo de amor y sin remedio
tengo el pecho hundido
y la respiración cortada…
Los brazos caídos
como ramas cecas…
La mirada perdida
en las tinieblas del olvido…
Mis pensamientos
se desvanecen en tu figura…
Mi corazón se pone como roca
y se detiene lentamente.
Se adormecen mis piernas y mis manos
y todo mi cuerpo fallece.
Quizás mañana renazca como el fénix,
cuando cupido me encuentre
entre las cenizas de tus recuerdos.-