Caminaba entre sombras en la oscura y solitaria noche, cuando de la nada notó que dos hombres la venían siguiendo desde hacia ya algo de tiempo, temiendo por su seguridad y su vida, comenzó a correr muy rápido, pero sus perseguidores que parecían conocer sus intenciones también aceleraron el paso.
De la nada y en un callejón sin salida, los hombres que ya reían a carcajadas porque dieron alcance a la indefensa mujer, se sentían vencedores en la carrera, pero justo cuando intentaron atacarla, palidecieron de repente y asustados echaron a correr.
La desconcertada mujer solo escuchó en el aire una breve frase: “recuerdas, ellos siempre deben contar dos”.
Las palabras para ella tenían un significado, pues no era la primera vez que lo escuchaba, siempre que necesitaba ayuda, parecía tener a alguien al lado para socorrerla con la dificultad que tuviera.
Al dia siguiente y sin buscarlo siquiera, observó en la acera del frente a uno de los hombres que la noche anterior intentó lastimarla, sintiendo curiosidad y tratando de resolver el enigma que siempre la acompañaba, se acercó solo para preguntarle que había visto.
Caminó en dirección del hombre, pero éste al verla palideció nuevamente y de un desmayo quedó tendido en la acera.
Ella cada vez se preguntaba con mas insistencia que era lo que ellos veían que ella no alcanzaba a observar, entonces sintiendo aun mas curiosidad, le pidió a una mujer que por el lugar pasara que cuando aquel hombre recuperara la conciencia, le preguntara que ocurría.
La mujer dudosa al principio no aceptó pero luego de mucha insistencia por parte de la joven decidió concederle el favor. Luego de una larga hora la joven se acercó hasta donde la mujer y con ansias le preguntó que ocurrió.
La mujer mirándola de reojo mantuvo su distancia y le dijo: “Ese hombre que palidecía de miedo dijo que a tu lado veía la grotesca figura de un demonio que te abrazaba”….
CONTINUARA….
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