El lecho quedo impregnado de tu perfume,
Como el sendero que solía tomar las mañanas de abril,
Magnolias, azucenas eran las flores de la estación,
Como fue tu presencia en mi vida, una parada.
Miro desde la ventana pasar la vida, las estaciones, el amor.
Cuando veas de nuevo la rosa con la luz del poniente
¿Renovaras el juramento que me hiciste alguna vez?
O tu amor será solo una rosa hecha de arena, como son muchas cosas de esta vida.
Es cierto que extraño tus besos, suaves como esta brisa nocturna.
¿Me alcanzara esta vida para construirme otro sueño, otro amor?
Dios mío, esta noche esta poblada de sombras y de recuerdos.
Un pequeño ruiseñor cantaba el día que te marchaste, no lo volví a oír más. ¿Sera eso un augurio?
Mis manos están ciegas de tanto buscarte en mi lecho en madrugadas inacabables.
La luna en escorpión ¿me dirá alguna verdad?
En los bordes de tus labios quedo grabado mi beso-me lo dijiste tú alguna vez-
Las sabanas arrojadas de la cama, un cigarrillo a medio terminar, un vaso de licor y una lejana canción es todo lo que queda de ti, en esta habitación en semipenumbra.
Las aves nocturnas son dueñas de la noche y el mar se escucha a lo lejos.
El destino me robo mis sueños y tu amor
¿A dónde ir a llorar?
Tus manos antes llenas de mi piel, ahora son ausencia y nostalgia.
Y las hojas secas se llevan este otoño junto con tu amor,
Unos de estos días enterraré los viejos recuerdos junto al encino,
Porque un amor inmenso como el que tu y yo vivimos
Solo se puede vivir y soñar entre dos,
Un inmenso mar requiere un cielo igual,
Y un gran silencio necesita una voz,
Mis sueños te necesitan a ti,
Si decidiste marcharte, será que no te ame lo necesario,
Será que no me amaste lo suficiente,
En todo caso alguno de los dos,
No estuvo a la altura de nuestros sueños, de nuestro amor.