Siempre la he amado, a mi esposa siempre la he amado, pero me lo advirtió.
Fue un desliz, solo eso. Me prometo que jamás volverá a pasar. Mi esposa es celosa, pero no hay razón; ella lo es todo para mí.
Tengo sueño.
Mi dormir es profundo, casi nunca recuerdo nada.
Soñaba con ir al baño, a orinar.
Que dolor al orinar, esto no puede estar pasando, ¡Ahhhg!, ¡Me DuE LE!...
Despierto.
El dolor es real.
Por inercia miro la hora; 3:00AM.
Que dolor…
Veo borroso. Enciendo la luz de la mesa de noche y trato de mirar.
Mi esposa no está en la cama, pero estuvo.
El dolor me traba los sentidos.
Me miro, lo que veo es sangre, supongo que es mia, lleno de sangre.
El dolor me paraliza, pero salgo del cuarto.
Solo atino a quejarme, no tengo alivio. A pesar del dolor aparece algo nuevo detrás de este. Trato de aguzar los sentidos pues quien me haya herido podría dañar a mi esposa.
De pronto el dolor da un respiro y vuelve con mayor fuerza. Alcanzo en el intertanto a percibir un olor…
Alcanzo a revisarme, ¿Qué es esto…? ¿Me han cortado el…? ¡AAAHHHG!
Veo luz en la cocina y ruido de aceite caliente friendo algo.
El olor…. Olor a fritura…. Mi esposa está cocinando…
Con sarcasmo, al verme, mi amada dice:
-Querido, te preparaba la vianda para mañana… para que no “vuelva” a pasar…
Al ver, claro, ahí estaba…
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