Me hago eco

Escucho las piedras desde sus entrañas en estridentes quejidos
Escucho los graves tañidos de campanas en las noches dormidas
Arrastro resquemores cual cadenas infinitas entrelazadas
Siento en mis ojos amargas lágrimas mojados de tanto llorar

Dime donde encuentro el paraíso que he perdido. Dime donde está
El acoso de viejos fantasmas del pasado, se yerguen invisibles
Y mis labios resecos en un alarido ronco de mi los quiere ahuyentar
Más sigo deambulando en las noches como zombi noctámbulo

En las calles desiertas la niebla se transforma en aire enrarecido
Me sumerjo en sus vapores pero solo percibo el ácido mortal
Quiero tomar con mis manos curtidas un mar de ilusiones perdidas
Pero el acre humo me envuelve y en espiral me persigue donde voy

Fuertes tenazas del tiempo débiles están y se debilitan, más y más
Destino marcado, leo en los ojos de los que a mi lado pasan sin pesar
Me dejan a un lado, me obvian cual escollo de duras y filosas púas
Y más me hundo en el abismo oscuro y las manos jamás me asirán

Mis días son duros retraídos en agria hiel, y se hacen eco en mi boca
Los labios ulcerados de humo magro a mis pulmones lo hacen llegar
El me sumerge en los mundos infrahumanos y mi alma inmolada
Me elevan sublimes catalépticos, pero es corto ese efecto de placer
Luego los horrores de un infierno latente y toda mi vida desfilan

Sofoco mis ruegos pero de mis labios no salen sonidos, sé que no oirán
No es lejano el día que en un rincón entre sobras mi cuerpo dormido verán
Ya me doblego a ese mi destino, pues todos a mi lado pasaron sin escuchar.
Ray

Por un no a las drogas.