Entonces mi viejo maestro me miro y me dijo:
A muchos nos es dado vivir muchos años,
Cientos de días, miles de horas, millones de segundos,
Pero solo vale el minuto, la hora, el día
Que te encuentras cara a cara con tu destino,
Con la misión que te fue encomendada.
Solo en ese instante se justifica todo lo vivido,
Si no llega, entonces será una vida vacía, sin sentido ni propósito.
Todo se reduce a ese maravilloso momento en que te encuentras contigo mismo,
Todo lo demás es pura apariencia, vanidad y soledad.