¿QUÉ NOS SOBRA EN ESPAÑA?
(REFLEXION )

La estructura territorial del estado español está en cuestión. Parece haber un consenso ciudadano ( que no político ) sobre el hecho de que las estructuras políticas que cabalgan sobre las distintas divisiones territoriales, ya sean comunidades autónomas, provincias, municipios, diputaciones, comarcas, cabildos.., no las podemos costear. Quizá pueda decirse que han funcionado razonablemente bien durante los años de vigencia nuestra constitución; pero la verdad es que lo han hecho, mientras hemos atravesado una época de bonanza económica, de crecimiento continuo y mucha ayuda exterior (llámense ayudas europeas o endeudamiento). Ahora bien, nuestra estructura política y territorial ha de tener una vocación de permanencia; no puede ir cambiando al paso de las distintos fases del ciclo económico. Tiene que ser tal que nos permita sobrellavarla en épocas de recesión y de expansión. En aquellas, si es racional, nos permitirá sobrevivir; en estas nos permitirá derivar recursos hacia servicios esenciales, infraestructuras e incluso ahorrar para momentos de vacas flacas. Señores políticos, no todo lo que se ingresa hay que gastarlo necesariamente, o simplemente dilapidarlo. Un buen padre de familia es previsor y ahorra para cuando lleguen tiempos peores y ustedes debieran ser, en verdad, “padres de la patria”, aunque también hay padres derrochadores, bebedores, jugadores que no ven más allá de sus narices.
Si empezamos por las CA, lo primero que llama la atención es la existencia de CA uniprovinciales. El hecho en sí de que coincidan en el mismo ámbito territorial, una provincia y una CA ya chirría. Si se trata de aproximar la Administración a los administrados, dar servicios públicos en el nivel más cercano al ciudadano por aquella administración que tenga mejor conocimiento de sus necesidades, en Murcia , por ejemplo, o sobra el “gobierno regional” (no me digan que no resulta excesiva la expresión) o la diputación provincial. A mi juicio sobra el gobierno de la Comunidad murciana, con sus Consejerías y la multitud de cargos y organismos que cuelgan de ellas, y la Asamblea Regional con sus tropecientos diputados regionales. Por mantener mas o menos el esquema constitucional, se podría crear la Provincia Autónoma de Murcia, al modo de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, adscrita a Castilla-La Mancha (como ha venido ocurriendo antes) o a Valencia ( como también ha ocurrido históricamente) Qué diferencia a Murcia de Almería o Granada que obligue a que aquella tenga su propio gobierno autónomo y su asamblea.
Si nos centramos en las Provincias, hoy conocemos que Italia va a reducir sus Provincias en número de treinta y cinco ( por cierto una aspiración de hace veinte años que nadie se atrevió hasta ahora a poner sobre el papel). Las que no reúnan ciertos requisitos de número de habitantes y extensión territorial deberán unirse con otras. Si pienso en Andalucía las ocho provincias podrían reducirse a cuatro o incluso a dos. La provincia oriental (Málaga , Granada, Jaén y Almería) El problema radicaría en la Capitalidad. La Provincia occidental, con las restantes. Aquí no habría problema de capitalidad. En este contexto , las diputaciones que prestan importantes servicios a los municipios pequeños, pasarían a tener un ámbito comarcal en sentido amplio (podrían coincidir con las actuales provincias, o reacomodarlas a otros ámbitos mas eficientes) y quedar despojadas de todo sentido político ( sólo contaría con su consejo de gerencia y con los técnicos necesarios para ayudar a los Municipios en la prestación de sus servicios –piénsese en el urbanismo-) Las mancomunidades de Municipios quedarían reducidas a formulas de colaboración intermunicipal en aquellos servicios cuya prestación en común redujera costes ( vertederos comunes, aguas…).
Y por fin nos detenemos en los Municipios, el primer nivel de convivencia ciudadana, la administración mas cercana y a la que más se recurre ante cualquier problema. Lo que más me llama la atención es la existencia de anejos ( así se llamaban antes) con miles de habitantes y Municipios con no más doscientos vecinos. ¿Es esto racional y eficiente? Evidentemente no. Por ejemplificar con un caso concreto y que conozco: ¿es racional mantener los municipios de la Sierra de los Filabres, cada uno de los cuales no superan los trescientos habitantes? Comprendo que un anciano de Castro de Filabres querría tener un ambulatorio en su calle pero eso no es posible económicamente aunque con los medios de hoy, podría organizarse un servicio, nunca mejor dicho, ambulatorio eficaz y unas urgencias centralizadas y bien dotadas.
En conclusión, unificar también los Municipios, reducir el número de concejales, poner límites a los sueldos de los políticos (es increíble que los propios políticos se los puedan establecer a su antojo y que un Alcalde de un pequeño pueblo gane lo mismo que un ministro o un magistrado).
Llevamos años oyendo hablar de solapamiento de competencias y funciones, racionalizar la Adminstración … pero nadie hace nada. Pónganse de acuerdo, señores políticos, y hagan lo que necesariamente tienen que hacer, aunque con ello padezcan sus privilegios. Por la parte que nos toca los ciudadanos estamos dispuestos al sacrificio que sea necesario para mantener este estado social de derecho que tanto nos ha costado alcanzar. Pero den ejemplo, por favor, y carguen sobre sus espaldas la parte del precio que les toca pagar. Ustedes no son ajenos a la situación que vivimos; más bien tienen su tanto de culpa.
Lo que acabo de escribir no está basado en datos concretos; es una reflexión, desde la experiencia personal, de un ciudadano ( el ciudadano Antuña) preocupado por el futuro de sus hijos.