Pareciera que el lago Guacinto es como cualquier otro, pero esto no es así pues en el centro de éste hay un enorme árbol. A diferencia de todos los demás árboles, éste creció y nació en el agua hasta salir a la superficie, ahora es un gigantesco árbol de cien metros de alto y como en casi todos hay nidos de pájaros y cada nido tiene su historia, pero hay una en especial que me llamo la atención.
Esta historia empieza cuando una pájara llamada Poli pone tres huevos, dos de los huevos eran como cualquier otro ovalados y blancos sin algo en particular pero el tercero, era diferente éste era azul y medía la mitad de los otros, pero a la pájara Poli no le importó y como cualquier mamá empolló los huevos con amor, hasta que un día se empezaron a abrir los dos huevos blancos y de ahí nacieron dos polluelos hermosos que los nombró Pío y Pía, la mamá se llenó de alegría al saber que éstos estaban sanos ; pero al cabo de un rato se empezó a preguntar ¿Porqué no nacía el otro polluelo? Pero decidió no preocuparse y seguir empollando su huevo azul hasta que naciera y fue después de una semana cuando éste empezó abrirse y la mamá se lleno nuevamente de muchísima alegría, del huevo empezó a salir un pequeñito pajarito, aparentemente normal con excepción del tamaño pero cuando quiso estirar sus alitas, Poli alcanzó a notar que éstas estas no las podía y se preocupó, pero decidió disfrutar el momento y llamar a su nuevo hijo Gua en honor al lago Guacinto.
Pío y Pía fueron muy buenos hermanos con Gua, siempre trataban de ayudarlo porque sabían que no podía volar y dejaban que se montara en ellos ya que su peso era muy ligero; así Gua lograba ver el cielo y el paisajes igual que sus hermanos, pero su deseo más grande era poder volar por él mismo, se sentía my triste al saber que había nacido con un defecto en sus alas y pensó que nunca iba a poder volar. Poli le decía que a lo mejor él no podía volar pero algún día encontraría algo que ningún pájaro pudiera hacer. Desde entonces Gua siempre trató de hacer nuevas actividades como escalar, brincar alto, etc. para tratar de encontrar su don, pero siempre salía lastimado.
Un día decidió que iba a volar a como diera lugar y estaba dispuesto a todo, así que le pidió ayuda a Pío y a Pía para que le enseñaran todo lo que sabían sobre volar y Gua aprendió todas las técnicas, entonces Gua se sintió ya preparado para volar a pesar de su defecto en las alas, así que finalmente les pidió a sus hermanos que lo llevaran a la parte más alta del árbol para aventarse, Gua tenía miedo porque si no lograba volar, él se iba a ahogar en el lago Guacinto; estaba decidido a todo para lograr su sueño. Antes de arrojarse Gua cerró los ojos y respiró profundamente, después se tiró al vacío e inmediatamente empezó a mover las alas como sus hermanos le habían enseñado, pero se dio cuenta que sus alas no le permitían volar e iba caer en el lago Guacinto; pero se dijo si muero voy a morir feliz porque luché por realizar mi sueño de poder volar. Gua empezó a sentir el agua en todo su cuerpo pero seguía moviendo sus alas como si estuviera en el aire y fue entonces cuando su vida dio un giro, sus alas funcionaban como las aletas de los peces, Gua se empezó a mover muy rápido por debajo del agua y también como las branquias de los peces pudo respirar en el agua, Gua no comprendía lo que pasaba pero se había dado cuenta que ya había encontrado su don “volar en el agua”; sus hermanos y su mamá orgullosa solo lo miraban desde el aire asombrados por cómo se movía contento debajo del agua.
Gua fue feliz desde entonces, explorando y haciendo nuevos amigos en el lago Guacinto.
Gua comprendió que cada ser tiene un don y para encontrarlo hay que no darse nunca por vencido, no tener miedo y siempre perseverar.
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