Estaré ahí - Le prometió al árbol. Pero ella le escuchó. Cuando llegó ella le estaba esperando. Juro que no lo maté - Exclamó el cuchillo sosteniendo, en carmesí bañado, al asesino en su mango. ¡ Púdrete! - Con ira efervescente le gritó el niño a la manzana.
Texto agregado el 30-10-2012, y leído por 225 visitantes. (1 voto)