UN OBLIGADO AMOR
La Vorágine, novela colombiana escrita por José Eustasio Rivera en 1924, hay quienes dicen que es una autobiografía, pues el autor tuvo oportunidad de conocer la mayoría de lugares presentados en la obra y de vivir en ellos por esto se piensa que algunas de la experiencias escritas en la obra fueron propias. Esta novela narra la historia de Arturo Cova personaje que por azares del destino llega a una inhóspita selva, con su compañera Alicia, huyendo de un destino que no deseaban para ellos decidieron huir. Sin ningún amor el uno al otro se unió para poder evadir las responsabilidades que cada uno tenía tanto con la sociedad como con sus familias. El tema que se tratara en este documento es el porqué ¿Arturo Cova persiguió a Alicia? si en realidad no la amaba, ¿sentimiento de pertenencia o simple rivalidad creada en su cabeza con Barrera?
Arturo Cova joven exitoso, carismático con las mujeres, decide huir con Alicia con quien había tenido un amorío efímero, sin amor verdadero pero por predestinaciones del destino los dos se hallaron en un predicamento que los obliga a unirse para poder escapar. El escritor hacer referencia a esta relación, no como un amor puro y sincero por convicción sino por obligación. Este un hombre mujeriego acostumbrado a que todas las mujeres que ha deseado las ha tenido, Alicia por su parte una muchacha joven que estaba enamorada de su primo, pero por deseos de su familia estaba comprometida en matrimonio con un terrateniente que había dado una gran dote por ella, y al ver este que Arturo andaba merodeando animosa mucho mas al casamiento con ella, para esto aumento tal dote e hizo que su familia apurara los tramites del matrimonio, Alicia aterrada de tener que casarse con

alguien que no amaba y por estar embarazada de otro, accedió a huir con Arturo sin amor alguno.
Mientras Alicia sumisa al hecho de irse con Arturo y resignada a permanecer con él, y viajar hasta donde fuera posible estar a salvo de su familia sin importarle los trabajos que pudiese pasar. Arturo por su parte impetuoso y nada resignado pues no la amaba pensaba en deshacerse de ella en la primera oportunidad. En este fragmento de la obra el autor hace referencia a lo anteriormente dicho:
Quejosa luego del descaro con que la engañaba: ¿crees que no advertí tus persecuciones a la muchacha de allá abajo? y tanto disimulo para seducirla. Y alegarme que la demora obedecía a quebrantos de mi salud, si esto es ahora ¿que será después? A Casanare jamás y contigo ni al cielo. Este reproche contra mi infidelidad me ruborizo, no sabía que decir. Hubiera querido abrazar a Alicia, agradeciéndole sus celos con un abrazo de despedida. (Rivera, 1924, pág. 9)
Con esto quería Rivera contextualizar al lector en una historia de una relación por “conveniencia” para los dos mas no por amor, mientras que Efraín en María de Jorge Isaacs añora estar con su amada, no ve la hora de verla y la idealiza como un ser perfecto como lo describe Isaacs en este fragmento de la obra:
Ella carismática y tan llena de fe, se regocijaba al encontrar bellezas por ella presentidas en el culto católico, su alma tomaba de la paleta que yo le ofrecía los más hermosos colores para hermosearlo todo y el fuego poético, don del cielo que hace admirables a los hombres que lo poseen diviniza a las mujeres que a su pesar lo reveían, daba a su semblante encantos desconocidos para mi hasta entonces en el rostro humano. Los pensamientos del poeta acogidos en el alma de aquella mujer tan seductora, en medio de su inocencia volvían a mí como eco de una armonía cuyas notas apagaban la distancia y se pierden en la soledad. (Isaacs, 1867, pág. 42)


Rivera por su parte muestra que Arturo no tenía ningún sentimiento por Alicia, hasta que llego Barrera, a la historia despertando en Arturo un sentimiento tal vez de pertenencia o quizás celos. Si bien es cierto Arturo veía a su compañera como una mujer frágil e indefensa por quien no sentía mayor atracción, en el momento que Barrera entra en sus vidas Arturo se obsesiona y piensa que Alicia le era infiel con este, y sin pensar deja a Alicia a merced del tirano, así dando pie para que este la raptase y obligándolo a emprender una búsqueda en la que tiene que pasar por experiencias fatales, vivencias terribles que narra el autor acerca de la vida en la selva y de la sociedad de esta época en la caucheras, un mundo completamente inhumano, injusto para cualquier ser. En tanto Arturo solamente se preocupaba por encontrar a su compañera y a su supuesto amante para darles muerte, en alguna ocasión el mismo se pregunto por qué estaba buscándola si en realidad no la amaba:
¿Y yo porque que me lamentaba como un eunuco? ¿Qué perdía en Alicia que no topara en otras hembras? Ella había sido un mero incidente en mi vida loca y tubo el fin que debía tener. Barrera merecía mi gratitud. (Rivera, 1924, pág. 91)
El no la idealizaba a ella como mujer, como lo hace Efraín con María por ello le buscaba muchos defectos, Rivera en este fragmento representa como veía Arturo a Alicia:
Además la que fue mi querida tenía muchos defectos era ignorante, caprichosa y colérica, su personalidad carecía de relieve: vista sin el lente de la pasión amorosa, aparecía la mujer común la de encantos atribuidos por los admiradores que la perseguían. Sus cejas eran mezquinas, su cuello cortó la armonía de su perfil un poquillo convencional. Desconoció la ciencia del beso y sus manos fueron incapaces de inventar la menor caricia. (Rivera, 1924, pág. 91)
En conclusión se puede decir que en realidad Arturo no amaba a Alicia sino que tenía una obsesión por vengarse de Barrera a quien creía que era el amante y por quien tenía un sentimiento profundo de rivalidad. Y por Alicia un sentimiento de pertenencia que lo movió a no desfallecer en la búsqueda sin importar toda esa clase de penurias por las que tuvo que pasar.