A ti

Esperemos a que las voces
nos liberen vacilantes
en sus fauces feroces
con palabras rutilantes.



Las voces a veces guardan su silencio
en lo recondito de sus palabras
otras veces gritan, otras claman
y otras tantas nos llaman...
Unas veces más nos escuchan calladas
siendo la sombra de una noche pesada
sorda, ciega y más aún, muda y ajada.
Cuando en el silencio de esa noche burda
una palabra se asoma vacilante y nos mira
retadoramente diciéndonos mil cosas,
nosotros nos callamos sin rechistar,
intentando que las palabras se traguen
sus propias palabras, pero eso es imposible.
Son ellas, las que nos tragan en su silencio
y nos guardan tras sus ropas de poesía ufana
Nosotros nos regocijamos desnudos, danzando
en su alma, nos sentimos que somos alguien...
Así son las voces, con sus rostros fatuos.
Callemos.



Esperemos a que las voces
nos envuelvan vacilantes
en sus fauces feroces
con palabras rutilantes.


Valle D' Upar Colombia.