Una rosa, un soldado juntos- en su sangre natural evocan un tiempo de amor.
Donde se fue la formación que al soldado acompaño. Sola la rosa sin pétalos enlodada de sangre como él, está en medio de un escenario triste, frío, descomunal. Allí en pleno abandono sin que recuerden su nombre yace el hombre que enviaran a luchar-¿para qué?- nadie lo puede explicar, ya que nadie se hace cargo de la muerte de un soldado raso, que tubo la mala suerte de ser llamado a luchar para defender su país. El mismo de aquellos, que día a día con sus desvergonzados hechos de corrupción, de traición lo destruyen y humillan.
La flor quiso ser su tumba, su compañera, su consuelo. Allí llego desde muy lejos para sentir el dolor de ese hombre muriendo en vano. Como ella, que fue destrozada por los mismos hombres que no respetan la vida, ni al planeta.

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI