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Beautysname miró fijamente al joven soldado a través del cristal. De un momento a otro el soldado se quedó quieto con los ojos perdidos en algún punto distante, luego empezó a tratar cruelmente a la criatura que antes había estado acariciando tan delicadamente.
Ambos se encontraban en cuartos de paredes grises con espejos, se podían ver a través de una pared de vidrio transparente. El soldado siguió tratando cruelmente a la pobre criatura mientras Beautysname lo observaba indiferente, el maltrato continuó hasta que la criatura no pudo más y expiró el último aliento de su pequeña vida. En ese momento los ojos del soldado cambiaron, volvían a ser los de siempre y al ver lo que había hecho se le heló la sangre. No podía creerlo, lo había estado criando y lo quería profundamente ahora yacía inerte en sus manos, una lágrima de dolor fue todo lo que tuvo.
- Es interesante lo que puede hacer su hipnosis. – murmuró Martika mientras escribía unos apuntes en una tableta.
- Si – respondió Mewpher – pero lo más impresionante es que sólo funciona en las noches de luna llena y para que hagan crueldades.
- Que los haga actuar cruelmente podría deberse a los traumas de su infancia, eso nos dice su perfil psicológico. Que sea sólo durante la luna llena... es algo realmente extraño.
Beautysname seguía sentada en la silla en medio del cuarto gris, vestía completamente de negro y sus brazos mostraban claras marcas de abusos recibidos hace muchos años atrás. Veía indiferentemente al joven soldado en su sufrimiento mientras su rostro no mostraba la más leve marca de sentir algo.
La pareja caminó por el pasillo mientras veían a través de varios cristales otros cuartos idénticos al primero.
- Paciente N° 4865 Beautysname, secuestradoda, puede hipnotizar y hacer actuar cruelmente a cualquier persona. Paciente N° 0572 Andrurdna, ladrona, puede teletransportarse con su mente a cualquier parte pero sólo cada 30 minutos. Paciente N° 0436 Camino de Vida, doctora del sueño, puede dormir a cualquiera con un beso durante el tiempo que desee... – Martika iba recitando mientras pasaban a lado de cada cuarto y los pacientes usaban sus poderes en jóvenes soldados.
Habían otros investigadores e observándolos y apuntando en las tabletas. Mientras ambos pasaban, los saludaban con gran respeto, inclinaban levemente la cabeza y regresaban a las observaciones de los pacientes que les asignaron.
- Paciente N° 0087 Ignus, artista, puede cambiar los colores de las cosas. Paciente N° 9651 Kisierate, ilusionista, puede crear imágenes en las mente de las personas. Paciente N°....
Martika seguía recitando, todos los cuartos eran iguales y había decenas. Las instalaciones secretas donde trabajaban albergaba a más de dos mil pacientes con habilidades sobrehumanas junto con todo el personal médico, psicólogos, genetistas y militar para poder estudiarlos. Mewpher era el jefe médico de todo este lugar y Martika su brazo derecho, eran las máximas autoridades civiles en aquel lugar perdido. Ya no recordaban mucho de su vida fuera de las instalaciones, había pasado tanto tiempo pero se tenían el uno a otro para apoyarse.
- Y finalmente el paciente N° 0002 yo y N°0001 tú.
- Los que iniciamos estos estudios. – Respondió Mewpher.
- Sí, ya van a ser varios años pero aún no hemos logrado ni siquiera rascar la superficie del mar de conocimiento y preguntas por responder.
- Y supongo que pasarán muchos años más así. Pero aún sigo en contra del trato inhumano que les dan a los pacientes, no lo puedo soportar.
- No podemos hacer nada, sabes que ellos están a cargo de Vihimia y es ella quien decide como evitar que hayan problemas. Sabes que con la ayuda de Musas Muertas, su segundo, pueden controlar a la población de los pacientes dotados, aunque sus métodos no son nada aceptables.
- Lo sé, hace poco mataron a Yosoyas2, el paciente 0965, por transformarse en un gorrión y tratar de escapar por los túneles de ventilación. No dudaron en disparar; luego me llamaron para pedirme que lo clonara nuevamente, ordenarle que sea el mismo de siempre y que obedezca todas sus órdenes.
Se quedaron en silencio un momento, sabían que hablar así era peligroso pero también sabían que sus vidas estaban en las manos de los militares.
- Pero – continuó Mewpher – también le di la orden de obedecernos y protegernos por sobre todo lo demás. He hecho lo mismo con todos los que me han hecho clonar.
La miró con mirada expectante, sabía lo que sentía por ella pero... ¿Ella sentiría lo mismo por él? No podía saber lo que estaba pensando, no era el poder que tenía, su corazón dudaba así como su convicción en el trabajo que realizaba. Desde un inicio le dijeron que investigaría los poderes sobrehumanos que se habían estado manifestando en la población regular, como tenía un doctorado en el genoma humano lo habían comprado con el poder sobre todo lo civil del complejo; lo militar, como era de esperase, quedaba a cargo de una general, Vihima.
Al inicio estuvo entusiasmado por la investigación, también quería saber sobre su propio poder, por eso estudió genética en la universidad y luego con los postgrados y doctorados llegó a ser una eminencia del tema, pero siempre tuvo en secreto su poder de clonación. Conforme pasaba el tiempo el entusiasmo inicial paso a una disconformidad debido al trato hacia los pacientes, sus iguales. Eso fue hasta que llegó Martika, una prometedora científica especializada en lo paranormal con un secreto igual de extraño, podía comunicarse con los muertos.
No sabía cuando se enamoró de ella, pero ese era el hecho en aquel momento. Si tan sólo pudiera saber lo que piensa y si sentía lo mismo que él. No se atrevía a mencionarlo, tantos años detrás de libros y microscopios habían malogrado sus capacidades sociales. Pero al menos si tenían un fuerte lazo de amistad que los unía fuertemente.
- Ejem... bueno doctora creo que eso sería todo por hoy. Que los pacientes pasen al comedor y luego a sus celdas.
Se trataban formalmente en público, para guardar las apariencias, esto le había permitido concentrarse en su trabajo.
- Está bien doctor, daré la orden a los demás y me reuniré con usted en su despacho para revisar las anotaciones de hoy.
Dicho esto ella se fue caminando por el corredor de regreso a los cuartos grises mientras él se dirigió a su despacho para descansar de otro día monótono de trabajo.

- Está sucediendo. – Dijo una voz gruesa e imponente. – Debemos actuar pronto.
- Tienes razón Musas Muertas – Respondió una mujer desde la oscuridad – No queremos que suceda otro incidente como el inicial.
Vihimia se encontraba en una sala de vigilancia, los monitores mostraban a la pareja de científicos caminando en direcciones opuestas. Aunque no podían escuchar lo que hablaban, el poder de Musas Muertas les daba la información suficiente para trabajar. Cuidar un complejo militar de aquel tipo no era fácil, era ella quien tenía el verdadero poder, al final el poder militar podría superar fácilmente al de los civiles aunque ellos los superaran en número, el poder militar es mucho más valioso.

Un par de horas después se encontraban Martika y Mewpher en una oficina llena de papeles con apuntes de experimentos y observaciones, aunque un poco arcaico pero era el método por el que les gustaba más llevar las cosas. Ambos también tenían tabletas mediante las cuales podían acceder a cualquier papel que no llegaran a encontrar, pero había algo en escribir sobre papel que aún les atraía.
- Bueno ya tenemos los casos actuales revisados. Ahora debemos revisar los nuevos casos que van a llegar. Podemos empezar con el postulante N° 1, Divinaluna, trabaja en búsqueda y rescate, puede ver a través de las paredes; postulante N°2, Elisatab, espía, puede hacerse invisible; postulante N°3, Kone, intérprete de sueños, puede meterse en los sueños de las personas; postulante N°4, Morgund, marinero, puede manejar cualquier tipo de viento con la mente; postulante...
Los nombres estaban enumerados en una larga lista, aproximadamente cien pacientes nuevos. ¿Cómo era posible que encontraran a tantas personas con poderes sobre humanos? Había sido la pregunta de Mewpher en aquel momento, Vihimia sólo se limitaba a darle la lista y luego traer al recinto a los pacientes que seleccionara como aptos para estudio. Lo demás era una incertidumbre para él.
- Y esos son todos, doctor. – terminó Martika.
Mewpher se quedó pensando, muchas cosas recorrían su mente, su trabajo insatisfactorio y con trato inhumano a sus iguales, el amor que sentía por Martika, la investigación por los orígenes de los poderes, muchas cosas que pensar para una simple mente. No tenía control sobre muchos aspectos de su vida en ese momento, pero si podría al menos cambiar algunas cosas.
- Está bien Martika... uhmm... deja un momento el trabajo de lado. Quisiera decirte algo.

Martika lo interrogó con los ojos, era extraño el actuar de su jefe en ese momento pero dejó las cosas sobre el escritorio y esperó a que hablara de nuevo.
- Hay algo que deseo decirte... Desde que has llegado, has sido un gran apoyo para mí, no sólo para mi si no para toda la investigación. Eres dedicada y te llevas bien con todos los pacientes y los doctores que también son pacientes...
Era cierto algunos pacientes se habían convertido en doctores o apoyo para las instalaciones. Pero aún así seguían siendo pacientes, pero con privilegios. Ella podía recordar el nombre de todos y cada uno, así como la manera en que sus poderes los ayudaban. Estaba el caso de Chilicote, cuyo poder de hacer los mejores asados incluso en las peores condiciones o debajo del mar lo había convertido en una celebridad que animaba los días domingo o también Angelador, quien con su poder de convertir las palabras o dibujos en realidad había ayudado mucho con la interpretación de lo que los pacientes decían o dibujaban pudiendo comprenderlos mejor o Dhingy que puede sanar a cualquiera usando la palabra “cachufa”, algo raro aunque su trabajo en la enfermería era excelente y la amaban todos, en especial los soldados. Así como ellos habían muchos más junto con varios recuerdos, Kone metiéndose en los sueños de los demás para molestarlos, los largos discursos de Ilógico sin decir nada o el sociable castro presionándote hasta el límite sin hacer que te enojes.
- ¿Martika? – había preguntado Mewpher.
- ¿Sí? Discúlpame, me quedé pensando en todo nuestro trabajo aquí. En verdad ha sido muy importante, también usted. Ha sido realmente grandioso trabajar alguien con tanto conocimiento en el genoma humano.
- Si, gracias. Pero... de lo que quiero hablarte ahora es de algo distinto... ehhh algo más personal.
Una alarma se prendió en la mente de Martika, un recuerdo regresaba a su mente, un recuerdo del primer día en aquellos laboratorios.
- ¿Quién es tu padre?... ¿Quién es tu madre?... ¿Qué nacionalidad tienes?... ¿De dónde vienes?... – las preguntas eran constantes y muy distintas, muy extrañas. Todo terminó con una extraña frase que parecía más una orden.
- En el caso de que el dr. Mewpher – dijo en nombre con énfasis – se llegara a enamorar de usted o le declare su amor, usted debe rechazarlo en el momento e informarme en el acto.
La imagen nítida del recuerdo aún retumbaba en su mente cuando mientras escuchaba a su mentor hablar.
- Lo que deseo decirle es que me he enamorado de usted, doctora. La amo incluso en este lugar olvidado, ambos somos profesionales y creo que podríamos llevar bien esta relación.
Ahí estaba, él se había enamorado de ella. Tendría que rechazarlo, tendría que dejarlo en el momento e ir a decirle a Vihimia, pero algo la detuvo. Algo en su interior le decía que no podía hacerlo, que no debía hacerlo y que no quería hacerlo. Se dio cuenta en un instante, mientras escuchaba a varios de los muertos decir a coro “al final pasó”.
- ...
No podía responder, no sabía cómo responder, las palabras se amontonaban en su cabeza, no tenían orden ni sentido pero muy en el fondo sabía lo que sucedía. Sin más se acercó a Mewpher y le dio un gran beso, pareció durar mucho tiempo pero fue sólo un instante.
De repente la puerta se abrió de golpe, un grupo de soldados entro a paso ligero situándose a los costados de la pareja y detrás de ellos estaba Musas Muertas, los vio despectivamente.
- Llévenlos con Vihimia. Tienen que responder varias preguntas. – Ladró a los soldados.

El cuarto no tenía adornos las paredes estaban completamente desnudas, frente a ellos no había más que solo una mesa de metal atornillada al suelo; además de las sillas de metal en las que estaban y una más al otro lado de la mesa solamente sólamente quedaba un gran espejo a un lado del cuarto para completar el inmobiliario.
Estaban preocupados, no sabían lo que sucedía ni porque, los minutos pasaban como horas, no sabían cuánto tiempo había pasado hasta que finalmente la puerta se abrió con un estruendo, Vihimia y Musas Muertas se encontraban en el umbral.
- Así que el doctor Mewpher finalmente se enamoró... y la doctora Martika le correspondió pese a saber que debía rechazarlo. – Dijo burlonamente – Pero que bonita pareja hemos conseguido.
- ¿Por qué nos han traído aquí? – comenzó Mewpher – No tienes derecho, no hemos hecho nada.
- ¡Claro que tengo derecho! – grito con fuerza Vihimia – Y no, no lo han hecho pero lo harán.
Mewpher se quedó pensativo, Martika tampoco entendía lo que le decía el militar. Mientras tanto MusasMuertas se encontraba atrás de Vihimia sin mover un músculo observando la escena.
- Bueno es hora de cortar los problemas de raíz. – dijo Vihimia mientras sacaba su pistola de un costado y apunto a Mewpher a la cabeza. – Pero antes....
Vihimia se acerco y tocó a Mewpher por el brazo durante unos momentos, luego retrocedió para ponerse nuevamente a la altura de Musas Muertas y cerró los ojos. Lentamente algo se empezó a materializar a su costado, lo que antes era una bruma luego tomó forma humana. Lo que vieron los dejó helados, a lado de Vihimia se encontraba un clon igual a Mewpher sosteniendo su mano.
- Veo que no salen de su asombro – se burló Vihimia. – Les explicaré, ustedes no son los únicos con poderes en este lugar. Déjame decirte que antes que ustedes estábamos nosotros dos. Como te habrás dado cuenta tengo un clon tuyo a lado mío y no, no tengo el mismo poder que tú pero el mío es mucho más interesante. Puedo absorber las habilidades de una persona a la vez, esto incluye poderes especiales y Musas Muertas – dijo mientras él daba un paso adelante – puede leer la mente. Algo muy útil ¿No?
- “¿Ellos también tenían poderes? ¿Cómo era posible?” – Pensó Mewpher
Lentamente Vihimia apuntó a Mewpher en la cabeza mientras y jaló el gatillo. Un sonoro click inundó el ambiente pero no pasó nada más.
- Jajaja como te asustas. ¿Nunca has visto una pistola? Bueno... – dijo mientras sacaba el cargador e introducía unas balas en él – La siguiente vez sí tendrá balas. Ahora estarás pensando porque te voy a matar, porque a ti que no has hecho nada. La verdad los voy a matar a los dos y los voy a reemplazar por clones. Crees que me he vuelto loca, no, no es así. Crees que estoy mintiendo y no lo haré, sólo dame un minuto y estarás muerto. ¿Que por que lo hago? Lo hago para evitar que vuelvas a realizar un problema como el inicial. Que ¿Qué es ese problema? Es la primera vez que llegaste a este complejo militar y harto del maltrato a los pacientes organizaste un levantamiento para apoderarte del lugar. ¿Qué no lo habías pensado? Por ahora es cierto pero lo harás. ¿Qué tiene que ver Martika en esto? Ella es el desencadenante pero también es quien ayuda a avanzar a grandes cantidades la investigación.
Mewpher se quedó helado mientras Vihimia hablaba, estaba respondiendo todas sus preguntas sin siquiera el haber hecho un sonido.
- Ahora supongo te preguntas como sé todo esto, es fácil. No es la primera vez que lo hacemos. Eres un clon, un clon creado con tu mismo poder. Extrañamente no puedo controlar a las clonaciones de ti mismo y aunque eres muy valioso debemos controlarte. Y tu – dijo volteando a Martika – también eres uno. Veamos... son el clon número... ¿Diez? ¿Once?
- Once, señora. – respondió MusasMuertas en el momento.
- Once... tienes razón, eres el clon número once, para mí.
Las cosas eran cada vez más extrañas, Mewpher no sabía qué hacer mientras Martika se encontraba inmóvil a su costado. Entonces en un arrebato de estupidez o tal vez heroísmo golpeó el arma de Vihima botandola a un costado y se le estaba lanzando encima para derribarla. En ese momento un fuerte sonido inundó el ambiente y Mewpher cayó muerto con un orificio en la frente, Martika grito con fuerza mientras corría a él.
Vihimia recogió el arma de un costado mientras caminaba de regreso, el clon se estaba empezando a mover. Puso el arma en sus manos y apuntó a Martika.
- ¿Qué se siente ser asesinada por la persona que amas? – dijo Vihimia con sequedad mientras hacía que el dedo del clon de Mewpher presionara el gatillo.
Martika cayó al suelo con una herida en el pecho, la sangre salía constantemente mientras trataba de hablar. La vida abandonaba su cuerpo mientras varias voces de fantasmas y sus imágenes inundaban el lugar. Le habían advertido, le habían dicho, no les había creído, varios fantasmas le repetían.
- Somos los fantasmas de tus clones anteriores, hay más muchos más de los que crees. Debes romper este círculo vicioso, debes...
Ya no escuchaba más, sus ojos no reflejaban brillo alguno, su vida había terminado.




- Buenos días, mi nombre es Mewpher y me han contratado para dirigir esta investigación.
- Buenos días Mewpher. Soy Vihimia, la encargada de las fuerzas militares en estas instalaciones. Vendríamos a ser como unos iguales. Anda a conocer a tu equipo de trabajo y empieza.
Dicho esto Mewpher se dio la vuelta y salió por la puerta con energía y ansias de empezar su nuevo trabajo.
- ¿Cuánto tiempo más podremos hacer esto? – Pregunto Musas Muertas desde un rincón de la habitación donde estaba sentado.
- Ya lo hemos estado haciendo desde hace mucho tiempo y lo seguiremos haciendo mucho más....
- ¿Otra vez has tenido que matarlo? – Una voz resonó en la habitación.
Vihimia y MusasMuertas se pararon de un salto y luego inclinaron la cabeza.
- Sí mi señor, estaba por desatarse el problema inicial nuevamente pero lo hemos controlado.
- Está bien, sabes que mi señor amo no tolera errores y el inicial fue algo terrible. Menos mal que descubriste su don a tiempo si no hubiéramos perdido a valiosos especímenes.
- Sí mi señor, espero que vuestro y nuestro señor amo esté contento con nuestro trabajo.
- Lo está, lo está. Ahora sólo le preocupa un pequeño problema... – dijo la voz mientras una figura aparecía en medio del cuarto. – Ah aparecido un enemigo en otra dimensión y tiempo, se hace llamar Entinieblas y es muy peligroso. Debes cuidar bien esta realidad, lo hemos podido contener por ahora pero sabemos que atacará.
- Sí mi señor Spirits, puede decirle a nuestro señor amo que estaremos alertas por si se presenta en esta realidad. Como mis clones antecesores obedeceré hasta el final.
- Me alegra mucho tu compromiso Vihimia, ahora... necesito que me des un clon tuyo más. Debemos reponer a otro de otro espacio-tiempo.
Vihimia se concentro con los poderes robados a Mewpher y a cabo de unos minutos un clon parecido a ella estaba parado a su lado dándole la mano. Empujó al clon hacia su señor Spirits que luego desapareció de la oficina junto con el clon.
MusasMuertas seguía quieto parado en su rincón, no se movía. Ella era el clon número cinco de esa base, tiempo y realidad. ¿Cuántas bases, realidades y tiempos tendrán en su poder? ¿Cuántos clones de ella, Mewpher, Martika y MusasMuertas existirán? Eran preguntas que se hacía pero nunca podría contestar, pero no la atormentaban.




- ¿Dices que los han matado de nuevo? ¿Varió en algo la última vez? ¿No? Bueno, muchas gracias amiguito.
Gmagdalena veía cómo se alejaba la cucaracha por el suelo mientras pensaba cómo podría hacerlo, se acercó a Kumo.
- Los han matado de nuevo, tenemos a un nuevo clon con nosotros. Estábamos tan cerca esta vez. Debemos volver a empezar.
- Lo sé Gmagdalena, justo hace unos momentos un ratón me dijo lo mismo. Los han ejecutado en uno de los cuartos de interrogación. No tenemos esperanzas por ahora, debemos tener bajo perfil o nos matarán a nosotros también.
Terminaron su almuerzo y luego ambas se retiraron, su poder de comunicarse con los insectos y animales las habían salvado de un par de clonaciones anteriores. Sabían la verdad pero aprendieron que no debían actuar ni pensar imprudentemente.
Una vez solas una voz retumbó por la habitación.
- No tengan miedo, me llamo Kone. Les habló en voz de nuestros queridos lideres Entinieblas, Mewpher y Martika. Somos de otra realidad y tiempo donde nos logramos liberar del ciclo...

Texto agregado el 27-10-2012, y leído por 175 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
04-11-2012 Es uno de mis preferidos, original y bien llevada la trama hasta el gran final. hugodemerlo
28-10-2012 De acuerdo con morgund, uno de los mejores, la trama genial, buen incicio, final sorprendente y abierto, todos los personajes están bien relacionados, todo concuerda, me encantó tu idea y tu imaginación vihima
27-10-2012 Excelente!!! Eineitjelet
27-10-2012 uno de los mejores morgund
27-10-2012 Muy bueno!! glori
 
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