Tus pies suaves, pequeños, empiezan a pisarme. Se ha vuelto un lagar mi pecho donde exprimes mi corazón amante. Tus dedos se ensartan, se hunden en mi carne. Tu falda manchada ss una obra de arte. Tus pies se van volviendo de paloma entintados, pintados por mi sangre.
Texto agregado el 26-10-2012, y leído por 104 visitantes. (4 votos)