Colorear la ciudad de madrugada,
escribirle un soneto a mis sonetos,
sacudir mis ilusiones empolvadas,
bailar un buen danzón con mi esqueleto.

Esculpir con mis manos un te quiero;
brillante, largo, para todo el mundo.
Zambullirme en el mar de mi tintero,
devolverle la vida a un moribundo.

Descubrir el secreto de tu boca,
escarcharme la piel con tus caricias,
soltar el huracán que en mi provocas,
terminar ese beso que tú inicias.


Caminar de la mano de cualquiera
que quiera caminar por el camino,
florecer en otoño, deshojarme en primavera,

seguir mi vocación de peregrino,
luchar por esa patria que me espera;
dejarme sorprender por mi destino.